Por Federico Padrón
Tras la dura derrota con Unión, el Rojo acumula diez
partidos sin conocer la victoria como visitante.
Sin lugar a dudas, este año está siendo difícil para
Independiente. Se comenzó con Stillitano y se perdió el rumbo. Monzón trató de
calmar las aguas, pero no logró evitar que el barco se siguiera hundiendo.
Luego llegó Zielinski, un halo de esperanza tras el clásico de Avellaneda que
se diluye a fuerza de resultados.
Pobre Independiente y su gente. Son los que más sufren.
Mientras el hincha pone hasta el dinero que no tiene en la colecta, el equipo
es una sombra cada vez que debe jugar como visitante: el Diablo acumula 10
partidos sin conocer la victoria.
La excepción fue la primera fecha, contra Talleres -1 a 0
gracias a un gol de A. Martino en contra-. Luego, se concatenaron 5 empates y 5
derrotas. Desde que llegó Zielinski, el equipo jugó 5 veces fuera de casa y
obtuvo 4 derrotas y un empate.
Las formas importan. Más allá del resultado, preocupa el
nivel que mostró Independiente: fue una lágrima contra River en el Monumental;
con Arsenal, en el Viaducto, fue una sombra; contra Godoy Cruz, en Mendoza, se
acordó de jugar en el segundo tiempo; y en Santa Fe, Unión lo borró de la
cancha.
Sobre el tema en cuestión, Zielinski dijo en conferencia de
prensa:
“Tenemos que buscarle la vuelta. Me preocupa no competir,
trabajaremos para que el equipo mejore“.
El próximo partido como visitante será en La Plata, frente a
Gimnasia, el viernes 7 de julio. Posteriormente, tocará viajar a Santiago del
Estero para enfrentar a Central Córdoba, y a Tucumán para jugar contra
Atlético, por las fechas 25 y 26, respectivamente.
Fuente Infierno Rojo
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