Por Guido Sacarelo
Independiente perdió por 2-1 en su debut como local, en el
que, si bien preocupó por la ineficacia de culminar las jugadas, dejó en claro
cuáles serán las formas.
Fueron varias las preocupaciones que quedaron el día
domingo, cuando Darío Herrera pitó el final y estableció que Independiente cayó
por 2-1 ante Platense, en un duelo en el que la expectativa era alta y las
buenas certezas fueron escasas. Eso sí, algo que quedó claro y que ya se venía
demostrando en los ensayos previo al torneo y mismo ante Talleres, es que el
equipo buscará ser protagonista en cualquier cancha, imponiendo condiciones.
Es indudable que la preocupación es marcada ante un rival
que te llegó tres veces y convirtió dos goles, pero estás son realidades que le
suceden a los equipos que buscan atacar y presionan alto. Lo que sí, la
inquietud se genera mayormente en cuanto a la nula concreción que tuvo el Rey
de Copas de cara al arco rival, en la que los números no mienten. El Rojo
remató 16 veces y tan solo en dos encontró arco, siendo una de ellas el penal
de Martín Cauteruccio.
Esto deja de lado cualquier tipo de mera opinión y da un
certero dato de lo que fue la producción del equipo. No obstante, no todas son
malas, en un plantel al que Leandro Stillitano sigue buscando imprimirle su
idea, con varios jóvenes y numerosos refuerzos que intentan ponerse en
sintonía, tanto ante Talleres como Platense quedó claro que el Rojo irá en
busca de hacerse dueño de la pelota y trabajar en campo rival.
Ahora el entrenador y el equipo en si están en la
obligatoriedad de poder plasmar sus buenas intenciones y en ser un equipo
agresivo, logrando jugar en el último tramo del área rival, un proceso que
recién inicia y llevará tiempo, pero con la certeza de que las formas están
bien establecidas.
Fuente Infierno Rojo
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