Por Matías Barrios
La victoria ante Racing en el Clásico de Avellaneda era una
prueba de fuego para muchos futbolistas. Lucas González se hizo dueño en la
mitad de la cancha y tuvo una noche consagratoria.
Saltita arrancó de titular junto a su compañero en el
mediocampo Lucas Romero, quien se resintió de su lesión y a los 16 minutos
debió abandonar el terreno de juego. En su reemplazo ingresó Domingo Blanco y
juntos formaron un buen tándem, a pesar de que ninguno de los dos presenta características
ampliamente defensivas. Presionaron, recuperaron y aprovecharon su velocidad
para salir rápido de contra.
Jugó los 90 minutos del partido y entregó 31 de 36 pases
correctos (81.8%). En lo que más se destacó fue en las recuperaciones de pelota
(8) y en los duelos terrestres (7). También fue claro y efectivo a la hora de
salir jugando, ya que completó 2 de 2 gambetas exitosas y solo cometió 2
infracciones -determinante al no ser jugador de marca-.
Además, realizó 3 entradas, 2 despejes, 1 intercepción y 1
pase clave. Su labor junto a Blanco no hizo extrañar la ausencia de Romero en
el medio. Inclusive, ambos se soltaron más y jugaron libremente.
Poco a poco, Lucas González está ratificando su buen
presente y transformándose en una pieza inamovible para Julio Falcioni.
Fuente LxR

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