La lesión menos oportuna: Independiente jugó un muy buen
primer tiempo. Si bien le faltó la chispa necesaria arriba para definirlo,
dominaba cómodamente a Bahía y todo hacía pensar que en el complemento no
tendría mayores problemas para ganarlo. Sin embargo, una molestia muscular le
impidió seguir a Lucas González, por lo que tuvo que salir en el entretiempo.
De ahí a los 70 minutos, el Rojo perdió la posesión y sufrió, hasta que pudo
reponerse.
La santa fortuna, esa aliada tan importante: El peor momento
del local no fue solo un mal momento: Sufrió por todos lados. La visita lo
arrinconaba y lo tenía contra las cuerdas, hasta le anularon un gol por offside
(bien cobrado, valga la aclaración). Cuando se pudo reponer, tampoco fue
descollante, pero lo fue a buscar y, con un gol en contra, se llevó un triunfo
clave en la lucha por la clasificación a Octavos de Final.
Dos ingresos necesarios para emparejar las acciones: Cuando
Independiente sufría las embestidas de Bahía, Julio Falcioni tuvo dos maniobras
interesantes para torcer el rumbo. Los ingresos de Alan Velasco y Jonathan
Menéndez le dieron otro aire al equipo, le cambiaron totalmente la cara. El
Rojo se veía golpeado, apagado, y con sus entradas logró reponerse a base de
empuje. Como premio a la perseverancia, un centro de la Joya le dio la victoria
al más grande.
Fuente Infierno Rojo
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