El partido terminaba en diez minutos, Independiente trataba
de convertir y le llegó el premio en una pelota parada. ¡Vamos Rojo!
Independiente venía jugando definitivamente mal, en un
partido donde el segundo tiempo sufrió considerablemente el cansancio, el cual
se tradujo en protagonismo del rival. El Rojo estaba pasándola mal, pero en
esos últimos minutos emparejó el trámite.
Emparejamiento que llegó solo por el empuje y no por grandes
ideas. En ese ir y buscar, llegó una pelota parada que le dio el gol en una
jugada que la fortuna le sonrió por demás en la noche de Avellaneda.
El centro preciso llegó al área, el arquero fue a imponerse
y ganar la pelota, rechazó con sus puños, en la lucha cayó y el esférico rebotó
en un compañero para que sea gol del Orgullo Nacional.
Fuente Infierno Rojo
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