Domingo Blanco y el Tucu Hernández
volvieron a jugar en la mitad de cancha de Independiente y, al ser jugadores
que se caracterizan por su buen pie, sumado al hecho de que no había un volante
central, se esperaba un equipo más dinámico, cosa que no sucedió.
Saltita reemplazó al tucumano
nacionalizado chileno a los 37 minutos de la segunda parte y, tras su ingreso,
las transiciones del equipo de defensa a ataque parecieron ser más rápidas. Fue
en los minutos finales que el Rojo generó un puñado de chances, aunque ninguna
fue de mucho peligro para el arco de Matías Ibáñez.
El juvenil de 20 años entró en
contacto con el balón 13 veces: entregó siete pases precisos de siete que
intentó y perdió la posesión sólo en tres ocasiones. Luego de su buen
funcionamiento en el poco tiempo que estuvo en cancha, ¿merece más
oportunidades de cara al futuro?
Fuente Infierno Rojo
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