La situación en Independiente es de terror. Se respira un
ambiente turbulento, donde cada día no se sabe qué va a pasar. Un día deciden
una cosa, al otro día otra y así. Es el club dirigido por improvisadores, que
borran con el codo lo que escriben con la mano.
En diciembre de 2019 presentaban a Lucas Pusineri como
entrenador, y en marzo de 2020 a Jorge Burruchaga como Mánager. Hasta ahí,
podría llegar a decirse que todo bien, pero no fue así. El primer error,
justamente, fue contratar al encargado del fútbol después del director técnico,
sobre todo a alguien que ni siquiera tenía un proyecto en mente.
Más allá de esa desprolijidad, que podríamos “dejarla pasar”
(en realidad no), lo que viene es peor. Al ex futbolista que supo darle grandes
alegrías al Rojo le habían prometido la potestad sobre todo lo referido al
deporte, incluso sobre el cuerpo técnico. La idea de Burruchaga era no
renovarle a Pusineri, pero la dirigencia lo apartó de la decisión. “A vos ya te
escuchamos”, fue la premisa.
Para explicar esto último hay que volver un capítulo más
atrás, allá por noviembre de 2020 hasta mitad de diciembre. ¿Recuerdan a Pablo
Moyano? Todavía está en el club, y de hecho en su momento supo afirmar que le
iban a extender el vínculo al entrenador. Otro que lo había confirmado en
reiteradas ocasiones fue Héctor Maldonado. Claro, si no le renovaban al
director técnico, era un escándalo ver cómo daban marcha atrás.
Por lo expuesto anteriormente, el Mánager terminó
renunciando a su cargo. La extensión del contrato de Lucas Pusineri estaba
encaminada, ¿no? Bueno, al parecer, la respuesta es negativa. La dirigencia le
había prometido el 23 de diciembre que le iba a extender, pero dilató dos
semanas la renovación. No solo eso, sino que ningún dirigente se comunicó en
ese tiempo con Pusineri, que tuvo que hablar con el quinto vocal suplente para
que obtenga una respuesta.
¿Qué sucedió, entonces? Hubo dos reuniones, una el miércoles
y la otra el jueves. En la primera, le pidieron al entrenador que modernice el
cuerpo técnico, además de que le afirmaron que estaban esperando la llegada del
próximo Mánager para ver qué decía al respecto. ¿Jorge Burruchaga no estaba
para eso? ¿Por qué lo desestimaron cuando dio su opinión, entonces?
Pasada esta reunión, volvieron a juntarse el jueves, donde
finalmente Lucas Pusineri dejó de ser el entrenador de Independiente. Manoseo
total, vergüenza absoluta la forma en la que se manejó la Comisión Directiva
comandada por Hugo Moyano que, dicho sea de paso, no se sabe si esto fue
decisión suya o de otro.
El Rojo está a la deriva, con un Presidente ausente y
dirigentes que juegan a la improvisación para ver quién acierta. Dicen y se
desdicen, hacen y deshacen. Mientras ellos se divierten burlándose de los
trabajadores del club y de los hinchas, la institución se cae a pedazos y lo
que sigue parece ser peor que en 2013. Por suerte, en diciembre hay elecciones,
y ahí el socio deberá poner el grito en el infierno.
Fuente Infierno Rojo

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