En épocas donde la pertenencia parece más algo figurativo
que literal, Pedro Monzón no pierde ese amor que sintió toda la vida por
Independiente. A solo un paso de volver al club de sus amores, el ex defensor
confesó en su momento:
«Hasta el último día de mi vida voy a estar soñando con
volver a Independiente. No nací con el WIFI, un dron y un GPS, pero nací
sabiendo cómo se juega al fútbol y lo que significa la camiseta del club».
Sobre el presente del Diablo y los jugadores de la
institución, el campeón de la Intercontinental en 1984 fue contundente: «Creo
que antes de que un futbolista se ponga la camiseta, le tienen que dar un libro
con la historia del club. Todos tienen ganas de jugar, pero hay que demostrar
por qué llegan . Defender ese escudo con tantas estrellas no es tan fácil,
tienen que sentir orgullo de ponerse esa casaca«.
El Moncho dirigió tres partidos al más grande luego de la
salida de Daniel Bertoni. Respecto de aquel breve paso y su temprana salida,
explicó:
«Me equivoqué en haber puesto de titular a un chico que se
llama Sergio Agüero cuando los dirigentes no querían que juegue. El mismo pibe
que al año y medio les dio 30 millones de dólares. Estoy orgulloso de haberme
equivocado y haber puesto a ese crack». Y amplió:
«Me podían contratar para que sea el técnico, pero me
buscaron excusas y nunca me llamaron de nuevo ni para dirigir la Novena».
Finalmente, en diálogo con Clarín, Monzón analizó cómo cree
que debe jugar el equipo:
«El arquero tiene que atajar y tiene que jugar más con las
manos que con los pies, los defensores se tienen que creer que son los más
sólidos del mundo, los volantes tienen que atacar y defender, y los delanteros
defender cuando perdemos la pelota en ataque y buscar el gol». Y cerró:
«El que soñó que se gambeteó a los 10 y metió un gol, que
también lo haga. La liberación del jugador es fundamental, no hay que
encasillarlo«.
Fuente Infierno Rojo
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