Por Javier Brizuela
Martín Campaña (6): Tal como se esperaba, no tuvo trabajo el
capitán. Contuvo un remate de Collazo a los 62 que no presentaba mayor riesgo y
algún que otro centro.
Fabricio Bustos (6.5): Buen partido del Tractor, sin
problemas abajo y presionando durante los 90, tratando de empujar al rival y
generar peligro. Lo primero lo logró satisfactoriamente.
Alan Franco (6): No hubo inconvenientes para el central, que
resolvió bien las pocas veces que lo amenazaron.
Emanuel Brítez (6): Venía repitiendo una gran actuación al
igual que el sábado pero echó todo a perder con un error que permitió el
descuento. Metió el primer gol marcando un rechazo y antes había tenido una
chance de cabeza también en un córner, pero la mandó por arriba.
Juan Sánchez Miño (6): No estuvo fino con la pelota hoy el
zurdo, pero no sufrió abajo y convirtió el tercero con un hermoso bombazo
aprovechando un hueco que le dejó el Tucu. A los 22 tuvo un buen desborde con
centro atrás para Silvio.
Nicolás Domingo (7): Muy bueno lo de Sunday, abanderado de
la presión alta y ganando siempre en el medio. Una gran noticia que haya
arreglado de palabra su renovación.
Pablo Pérez (7.5): El mejor partido del exBoca, haciendo
jugar a sus compañeros del medio para arriba con mucho criterio. Hoy mostró su
sapiencia y la utilizó en beneficio del equipo, transformándose en la figura de
la cancha. A los 20 lo tuvo pero no le dio bien de zurda y a los 40 desbordó en
la chance doble de Cecilio.
Pablo Hernández (7): También fue bueno lo del Tucu, que no
tuvo inconvenientes para manejar la pelota y mostrar lo que sabe en varias
ocasiones. La primera fue suya, después de una linda jugada colectiva y buscó
el segundo palo con el perfil de su hábil zurda. A los 43 le mete un gran pase
a Cecilio, pero el Paragua definió mal. Cuando juega, el nivel de Independiente
levanta, pero lamentablemente no es regular.
Martín Benítez (6.5): Alternó buenas y malas, pero terminó
siendo positivo su rendimiento. A los 12 tiene un buen desborde, a los 24 buscó
por arriba y el travesaño le impidió el gol y habilita a Silvio en el segundo.
En el complemento con espacios debió resolver el pleito, pero decidió
erróneamente en muchas ocasiones, como la contra a los 62 en la que tenía dos
opciones de pase y terminó eligiendo otra y mal. El árbitro le regaló el penal
que derivó en el cuarto, luego de un mano a mano sin ángulo que le tapó el
arquero.
Cecilio Domínguez (4): Flojísimo partido del Paragua.
Siempre digo que debe concretar lo que promete, pero hoy no hizo ninguna de las
dos cosas. A los 40 tiene una doble chance, y no pudo ni de derecha primero ni
de zurda después. Tres minutos más tarde también resuelve mal cuando lo habían
dejado bien posicionado. Lo mismo pasó sobre el final, cuando decide jugársela
y pegarle al segundo palo teniendo compañeros libres y después le dan un pase y
la tira a la norte alta.
Silvio Romero (7): Por suerte sigue en levantada y es una
gran noticia para todos. A los 20 desborda y le tira el pase atrás a Perez, dos
minutos más tarde le pega mal y revienta el travesaño. Pero tuvo revancha
enganchando y definiendo de zurda en el segundo (con la ayuda del defensor que
termina asegurando el tanto) y picándola de gran manera en el cuarto. Vamos
Silvio todavía.
Mauro Molina: Entró a los 68 por Silvio y no recibe
calificación a pesar de haber jugado más de 20 minutos porque casi no participa
del juego. Tuvo una chance en la que lo deja solo Gaibor a los 81 pero en vez
de bajarla para quedar mano a mano decide cabecear y mal.
Fernando Gaibor: Reemplazó a Pérez a los 72 y dos minutos
después tuvo una chance pero la tiró muy arriba. Un lindo pase a Molina y nada
más para el ecuatoriano.
Francisco Pizzini: Jugó los últimos minutos por Benítez, sin
generar peligro cuando el Rojo buscaba el quinto.
Ariel Holan: Todas las sensaciones indicaban la culminación
de su ciclo, pero por suerte nos encontramos con dos triunfos que muestran que
no es así, o al menos le ponen una pausa a esa percepción. Y no hablo solo de
los resultados, que siempre son lo más importante, sino de la entrega del
equipo. Porque el segundo tiempo ante Vélez no fue el de un plantel al que le
da lo mismo que el técnico siga y esta noche se vio lo mismo. Ante un equipo
desconocido que presentaba alguna inquietud por su posición en la tabla del
torneo peruano, el Rojo mostró superioridad en todo el partido y consiguió una
goleada que hasta da la impresión que debió ser mayor. Presión alta y
concentración para arrinconar al rival y hacer que no haya equivalencias en el
juego, en una serie que queda encaminada de cara a la revancha. Buen comienzo
de una Copa, con todo lo que eso nos genera. Ojalá que se haya disipado la
tormenta y volvamos a creer en el Profesor.
Fuente Orgullo Rojo


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