Ariel Holan cuestionado por sus exdirigidos Fuente La Nación
Crédito Diego Lima
Por Ariel Ruya
Ariel Holan es un entrenador que se hizo un nombre. Abandonó
el hockey y se mezcló en el medio futbolero, todo un desafío para los que
provienen de otro tablero.
Es trabajador, apasionado, analítico.
Un fanático de
la tecnología, incansable sobre el campo de juego.
Está en Independiente, el club del que es hincha. Logró la
Copa Sudamericana 2017, el fin de un maleficio para Independiente, que había
sufrido la etapa más oscura de su historia.
Alguna vez, sus palabras se
sobredimensionan ("era para verlo con un habano y un whisky", fue su
análisis del equipo, detrás de un triunfo contra Huracán). Algo ocurrió en Ia
intimidad a partir del amago de renuncia, apenas días después del logro
internacional.
La salida de Alejandro Kohan, su preparador físico -hoy,
colaborador de Hernan Crespo en Banfield-, sellada su continuidad, cambió todo.
Su nuevo representante (Fernando Hidalgo). Su estilo, cada día
más altivo. El desgaste propio de un conductor estricto. Algunas puestas en
escena que provocaron incomodidad y asombro. El papel secundario de los
jugadores que no suelen ser titulares. Todas hipótesis que abren el juego de las
sospechas, acrecentado en las Últimas horas por Leandro Fernández, el delantero
que ahora está en Vélez.
"Estaba muy cómodo en el club, siempre me trataron muy
bien y mi salida creo que fue por el entrenador, porque si no fue por el
entrenador, no fue por otra cosa. No estaba en mis planes irme. Ya estoy
pensando en lo que es Vélez, olvidando todo lo que está pasando en
Independiente y poniendo la cabeza acá", asegura, apenas días después de
la voz de Emmanuel Gigliotti, que se suma a Toluca, a pesar de ser el goleador
de la Superliga, con 12 tantos.
"La decisión fue mía y fue futbolística, no económica
como se quiso hacer creer. Me empujaron, pero fue mía. Mi salida de
lndependiente fue rara, a los hinchas los amo y los voy a extrañar, había sido
su reflexión.
Martin Campana aseguró que no hay conflictos y Martin Benítez
intentó frenar el contexto negativo de las salidas.
"Las declaraciones del Puma (Gigliotti) con el técnico
son algo personal. La relación con Ariel (Holan) es de jugador a cuerpo técnico,
está todo bien, de la mejor manera", asegura. Sin embargo, los ecos
recuerdan otros casos, como los de Walter Erviti, German Denis y Jorge Ortiz.
Críticas, enojos, un solo apuntado.
Mientras se espera el arribo de Cecilio Domínguez -un
volante paraguayo que actúa en América, de México-, Holan se enfrenta con otros
desafíos. Más complejos que una estrategia.
Fuente La Nación

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