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viernes, 25 de enero de 2019

A 41 Años de la Hazaña



Por Candela García Fontán

25 ene - Hace un poco más de cuatro décadas, Independiente logró la mayor hazaña de su historia en lo que se recuerda como "Cordobazo".

Esa noche, en la cancha de Talleres, Independiente logró empatar el partido con tres jugadores menos y consagrarse campeón del Nacional 77.

Las finales se llevaron a cabo a comienzos de 1978 porque el Campeonato Metropolitano se había extendido hasta noviembre, alterando el cronograma de partidos.

En el partido de ida que se disputó en Avellaneda el 21 de enero, el resultado fue 1-1. Cuatro días después, Independiente viajó a Córdoba sin saber que lo que le esperaba era una de las más grandes proezas de la historia.

Talleres representaba a todo el país con la ilusión de ganarle a un equipo de Buenos Aires.

El equipo cordobés formó con: Guibaudo; Astudillo, Galván, Binello, Ocaño; Reinaldi, Ludueña, Valencia; Boccanelli, Bravo y Cherini y era dirigido por Ricardo Saporiti.

Para ese momento, Independiente ya había alcanzado la gloria absoluta, siendo ganador de 6 Copas Libertadores, 1 Intercontinental, 3 Interamericanas y 10 títulos de Primera División, pero no se conformó con eso.

El Rojo de Avellaneda salió a la cancha con: Rigante; Pagnanini, Villaverde, Trossero, Pérez; Larrosa, Galván, Bochini; Brítez, Outes y Magallanes. El director técnico era el gran José Omar Pastoriza.

La noche empezó mal para el equipo de Ricardo Saporiti, porque a los 29 del primer tiempo Trossero bajó al punto penal un centro de Larrosa, y Norberto Outes abrió el marcador para que Independiente se fuera al descanso siendo el campeón.

Decidido a cambiar el rumbo, Talleres se volcó a la ofensiva y sobre el cuarto de hora del segundo tiempo el árbitro Roberto Barreiro inventó una mano que no fue en el área del Rojo.

El delantero Cherini anotó y desató la euforia de los hinchas de la T.

Diez minutos más tarde, Bocanelli convierte el segundo gol con la mano, que provocó furia en todo Independiente. Las quejas de los dirigidos por Pastoriza eran constantes ante tal injusticia. Tales son los reclamos que el referí decide echar simultáneamente a Enzo Trossero, Rubén Galván y Omar Larrosa.
En medio de las protestas, Bochini le pidió a José Omar Pastoriza que retirara el equipo, pero finalmente siguió jugando sin saber que iba a ser el héroe de esa noche.

"VAYAN, SEAN HOMBRES, JUEGUEN Y GANEN"

Expresó el director técnico del Rey de Copas reunido con los jugadores en el medio del campo.

El Rojo con 8, y un arbitraje vergonzoso, debía hacer un gol para empatar el partido y coronarse.

El partido se reanudó y el "Pato" se jugó una última carta con el ingreso de Mariano Biondi y Daniel Bertoni para ir en busca de la victoria.

A tan solo 7 minutos del final, llegó el gol que dejó en silencio a todos los cordobeses presentes.

El máximo ídolo de la historia de Independiente, Ricardo Enrique Bochini, agarró la pelota, gambeteó a un rival y se la dio a Bertoni, que a su vez tocó la pelota para Biondi en la puerta del área. El arquero Gribaudo, salió a tapar el supuesto tiro del empate, pero Biondi corrió la pelota hacia el medio, se sacó la marca del arquero y se la pasó al Bocha que venía en carrera. El número 10, definió con maestría y la colocó arriba. El gran Bochini convirtió el 2 a 2.

Como pudieron, los ocho jugadores de Independiente aguantaron lo poco que quedaba del partido y escribieron una nueva página de gloria para el club, que en aquel momento también era protagonista en los torneos internacionales.

Las imágenes en blanco y negro mostraban a los jugadores del Rojo en éxtasis y desataron una algarabía indescriptible por las calles de Avellaneda después de una consagración histórica y memorable.


Fuente La Visera

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