Por Favio Verona
Los minutos pasan y la manzana que lleva en su mano
izquierda se oxida. La charla se hace larga en el túnel que conduce a los
vestuarios del Libertadores de América. Sentado sobre un escalón, Jonás
Gutiérrez acepta el viaje hacia el ayer. E indefectiblemente hace escala en ese
partido que marcó un antes y un después en su vida. En 2013, logró vencer al
rival más difícil: a un temido y silencioso monstruo que ataca sin piedad ni
previo aviso. El cáncer que le detectaron mientras jugaba en el Newcastle no
pudo con él. “Hoy estoy en Independiente y soy de pensar que las cosas se dan
por algo”, cuenta el volante que encontró refugio en Defensa y Justicia cuando
decidió volver al fútbol argentino. Y sus palabras transmiten serenidad. Nada
parece inquietar ni perturbar al hombre que le vio la cara al abismo y no sólo
salió ileso: renació fortalecido, con inmunidad para hacerles frente a los
pequeños problemas que presenta la vida, esos que en realidad son nimiedades,
como los del fútbol y todo lo que lo rodea. -Después de todo lo que te tocó
pasar, ¿qué pensás cuando te hablan de presión por un partido?
-Me relajé un poco más, pero si pierdo me sigo calentando.
Lo que he aprendido es que existen imponderables que a veces uno no puede
manejar, entonces eso me permite no hacerme tanta mala sangre. Antes, cuando
estaba en Inglaterra y los resultados no se daban, me hacía más responsable de
lo que en realidad era. Y eso me generaba mucha frustración. Hoy, si le marco
algo a alguien y no tiene en cuenta el consejo, me voy a dormir tranquilo
porque sé que hice todo lo que estuvo a mi alcance.
-¿Antes te cargabas la culpa?
-Claro. Siempre trato de ayudar a los más chicos, quiero que
se den cuenta de la posibilidad que tienen. No siempre lo hacen. Muchos, cuando
pasa el tiempo, se arrepienten de no haberse exigido. No entregan todo y cuando
se dan cuenta ya es tarde. En la vida no hay que dejar pasar las oportunidades,
nunca se sabe qué puede pasar mañana.
-¿Sos consciente de que tu historia puede darles fuerzas a
muchos pacientes que están en la situación que te tocó atravesar a vos?
-Me encanta ayudar si a alguien le sirve que le cuente mi
experiencia de vida. Algunos me piden videos para familiares que están
atravesando un momento duro y los hago con mucho gusto. Pero cuando dicen que
soy un ejemplo trato de tomar distancia de esa palabra. Es un término demasiado
fuerte y amplio. El único consejo que puedo dar es que nunca hay que sentirse
derrotado.
-¿Hoy disfrutás más del fútbol?
-Sí, pero eso va más allá de lo que me tocó superar. Amo mi
profesión, disfruto de cada día y me quiero superar. No me quiero quedar con lo
que tengo y me estoy preparando para crecer. Esa es la base para alcanzar el
éxito. La vida me enseñó a jamás darme por vencido, nunca hay que relajarse. Sé
que se puede crecer hasta el último día.
-¿Por eso te seguís calentando en la cancha cuando las cosas
no salen?
-Sí, aunque igualmente intento controlar mis impulsos. Por
suerte no soy de tener reacciones feas, a lo sumo te meto un grito. Cuando algo
no me sale, pienso que en la próxima me va a salir. Lo fundamental es no perder
la cordura, no frustrarse. Y eso tiene que aplicarse a todos los órdenes de la
vida.
-¿Con qué te vas a conformar en este semestre?
-Quiero ser importante en Independiente. No concibo el
fútbol de otra manera. Pelearé para sentirme importante en la cancha. Creo que
estoy atravesando el mejor momento de mi carrera.
-¿Por qué?
-Hoy analizo el fútbol de otra forma. Los años me han
enseñado a entender más el juego y, al ubicarme por adentro en el medio, cumplo
una función que requiere mayores conocimientos de táctica. Además, físicamente
estoy impecable. Siento que puedo darle mucho al equipo.
-¿Qué podés aportar desde la lectura de juego que te concede
tu experiencia?
-En la cancha, los jugadores con trayectoria tendremos que
dar la cara para quitarles presión y tensión a los más jóvenes. En los partidos
siempre hay momentos en los que las cosas no fluyen como uno desea. Y es ahí
“EL CLUB EXIGE TÍTULOS. DEBEMOS IR DE A POCO”.
A los 34 años, el Galgo encontró la fuente de la juventud
para brillar y llegar al Rojo. “Estoy en el mejor momento de mi carrera”, avisa
Jonás. “SI SE VA RIGONI, SERÁ UNA PÉRDIDA MUY GRANDE”.
cuando los más grandes deberemos hacernos responsables.
-En Independiente hay muchos jóvenes. ¿Llegás para ser un
líder?
-El rol se decanta solo. Trato de hablar mucho con los
pibes. Es importante que vayan agarrando los consejos que uno les puede dar en
base a las experiencias vividas. Los pibes tienen que entender que ellos van a
ser importantes en la medida en que se lo propongan. Tienen que estar enfocados
y saber dónde están parados.
-¿Los pibes se te acercan a pedirte consejos o ni les
interesa?
-Sí, me preguntan cosas de mi paso por Europa. Les sugiero
que no se estanquen, que no se conformen con lo que hicieron. No les pongo
ninguna barrera, lo único que no tolero es que entrenen sin ganas. Si veo que
alguien no está metido, se lo digo. Soy muy cercano a los chicos. Me vuelven
loco y me apodan “el viejo”, jaja.
-¿Qué diferencia hay entre los juveniles de ahora y los de
tu generación?
-Que los de ahora tienen más conciencia sobre lo importante
que es respetar el descanso, la alimentación, los estiramientos. Antes no se le
prestaba tanta atención a esos detalles que te alargan la carrera.
-¿Cómo es tener a un capitán de 24 años como Tagliafico?
-Para ser conductor de grupo no se precisa tener determinada
edad. Nico tiene muchísima personalidad y a nivel grupal su voz es muy
respetada. Lleva muy bien ese rol porque marca el camino en base a su
responsabilidad y profesionalismo.
-Con Domínguez, el Torito Rodríguez y Domingo vas a tener
mucha competencia para ganarte un lugar...
-En todos los clubes en los que jugué tuve mucha
competencia. Pero siempre estoy preparado para aprovechar mi momento.
Independiente tendrá por delante el torneo, la Sudamericana, la Copa Argentina
y estoy preparado para ser importante cuando el técnico me dé la chance de
entrar.
-¿Qué sería una buena temporada para Independiente?
-El equipo viene de un semestre en el que jugó muy bien al
fútbol. Y acá los objetivos se marcan solos: este club exige títulos.
-¿Qué viste del Rojo de Holan en el semestre anterior?
-Es un equipo que recupera y sabe aprovechar las salidas
rápidas a los espacios a través de los jugadores eléctricos que tiene de mitad
de cancha hacia adelante. A la gente le gustó cómo jugó Independiente.
-¿Te sedujo más venir a un equipo con esa propuesta?
-Sí, a Ariel (Holan) lo conocí en Defensa y sabía cuál es su
propuesta. Por supuesto que es un incentivo integrarse a un equipo que apuesta
al buen juego. El técnico tenía muchas ganas de que yo esté acá y su presencia
influyó muchísimo.
-¿La idea será mechar posesión con ataque al espacio?
-Sí, hay que tener variantes porque sino los rivales te
toman el tiempo y se te hace difícil. Lo más complejo del fútbol es entrar
cuando se te meten atrás. Hay que hacer énfasis en crear estrategias para
romper y encontrar espacios, porque los contrarios ya están empezando a conocer
a Independiente.
-¿La propuesta del Rojo tiene similitudes con el fútbol
inglés?
-Sí, Independiente tiene un estilo europeo. Juega un fútbol
muy dinámico, de pase, rotación y recepciones perfiladas para tratar de ser
verticales. Quizá los terrenos de juego de acá no permiten jugar con la misma
fluidez que en Europa.
-¿La diferencia entre el fútbol argentino y el europeo es
abismal?
-No. Quizás el tema de los terrenos le da otra velocidad al
juego. Pero acá hay cada vez más equipos que tratan de crear jugadas a partir
de la tenencia, que presionan arriba y procuran no abusar de los pelotazos.
-¿Qué fútbol es más difícil?
-Cada uno tiene lo suyo. En Inglaterra el juego tiene más
continuidad. Y si no sos preciso no podés jugar. Eso le da dinamismo y una
belleza que no hay en ningún lado. En España no. El juego se para muchísimo, se
cobra en demasía, se sancionan faltas por cualquier cosa.
Fuente Clarín
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