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viernes, 4 de agosto de 2017

Entre Pastoriza y Gardel



Por Lucas Campos

Entonces, el gatillazo inicial sobre mi encendedor lo hice pensando en que un nene, en Avellaneda, me había prometido que de la mano de Rigoni, Independiente se iba a llevar la clasificación en Chile. Luego todo se dio. Como el tango, el Rojo quedó mano a mano. Mano a mano con la Copa, con la historia, con Iquique. Mano a mano con el cordobés, con Pastoriza y con Gardel.

Independiente salió al desierto de Calama, que duele, es árido, raspa y lastima. Tagliafico dio tres pasos y todos los Rojos levantaron las manos al cielo chileno. Detrás, se divisaba el debut de un extraño. Un vasco-venezolano, más parecido a un bandido rural, raya al medio con pañuelo y un caballo alazán, fuera de la ley, diría algún cantante santafesino. El Rey clavaba su estampa ilusionado de volver con el pase.

Nadie hubiera imaginado que Rigoni saldría de titular. Sin embargo, vaya uno a saber qué. Si las ganas del jugador, el pedido de Holan o la interminable intención del señor Pato, hizo que el cordobés sea hombre y vaya al frente. Pero estas teclas se fueron al Diablo cuando Iquique marcó el primero en menos de 10 minutos.

Pero nada puede salir mal si Pastoriza toma posesión en el día, recordándolo siempre. Entonces Meza saltó más alto que el cielo y con el parietal la mandó a la ratonera, donde los tangos se vuelven goles y son más lindos si son de Independiente. 1 a 1 se puso el match y a contar otra historia.

Esa historia tuvo al Rey jugando a gusto. Siempre siendo una máquina de perder goles, Independiente tocó la pelota a un compás de 2/4 que en el complemento se convirtió en un doble tiempo de milonga hasta que Nery Domínguez se cansó, y lo puso a Albertengo de cara al gol. El Flaco, hizo lo suyo. Aún cuando defina mal, es cuando mejor le sale el gol. Arriba el Rojo 2 a 1 y fin de la historia.

De repente, Rigoni se retiró de la cancha con ovaciones de la hinchada y le dijo adiós a Independiente. De fondo, Gardel, con la casaca Roja, lo iba patrullando mientras entonaba: “Nada debo agradecerte, mano a mano hemos quedado, no me importa lo que has hecho, lo que hacés ni lo que harás; Los favores recibidos creo habértelos pagado y si alguna deuda chica sin querer se me ha olvidado en la cuenta del otario que tenés se la cargás”

Final del partido. El nene tuvo razón. Independiente se llevó la clasificación. El Rojo se fue de la cancha con la victoria en el hombro. Entre el Pato y Carlos, Tagliafico enfiló primero. En el fondo Amorebieta y su caballo alazán volvían del recorrido, Gardel se sacaba el sombrero y Pastoriza los palmeaba uno por uno en el pecho, donde está el escudo y el corazón, que tienen el mismo color que el nuestro y que cada vez late más fuerte.



Fuente De la Cuna al Infierno

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