Por Lucas Campos
Entonces, el gatillazo inicial sobre mi encendedor lo hice
pensando en que un nene, en Avellaneda, me había prometido que de la mano de
Rigoni, Independiente se iba a llevar la clasificación en Chile. Luego todo se
dio. Como el tango, el Rojo quedó mano a mano. Mano a mano con la Copa, con la
historia, con Iquique. Mano a mano con el cordobés, con Pastoriza y con Gardel.
Independiente salió al desierto de Calama, que duele, es
árido, raspa y lastima. Tagliafico dio tres pasos y todos los Rojos levantaron
las manos al cielo chileno. Detrás, se divisaba el debut de un extraño. Un
vasco-venezolano, más parecido a un bandido rural, raya al medio con pañuelo y
un caballo alazán, fuera de la ley, diría algún cantante santafesino. El Rey
clavaba su estampa ilusionado de volver con el pase.
Nadie hubiera imaginado que Rigoni saldría de titular. Sin
embargo, vaya uno a saber qué. Si las ganas del jugador, el pedido de Holan o
la interminable intención del señor Pato, hizo que el cordobés sea hombre y
vaya al frente. Pero estas teclas se fueron al Diablo cuando Iquique marcó el
primero en menos de 10 minutos.
Pero nada puede salir mal si Pastoriza toma posesión en el
día, recordándolo siempre. Entonces Meza saltó más alto que el cielo y con el
parietal la mandó a la ratonera, donde los tangos se vuelven goles y son más
lindos si son de Independiente. 1 a 1 se puso el match y a contar otra
historia.
Esa historia tuvo al Rey jugando a gusto. Siempre siendo una
máquina de perder goles, Independiente tocó la pelota a un compás de 2/4 que en
el complemento se convirtió en un doble tiempo de milonga hasta que Nery
Domínguez se cansó, y lo puso a Albertengo de cara al gol. El Flaco, hizo lo
suyo. Aún cuando defina mal, es cuando mejor le sale el gol. Arriba el Rojo 2 a
1 y fin de la historia.
De repente, Rigoni se retiró de la cancha con ovaciones de
la hinchada y le dijo adiós a Independiente. De fondo, Gardel, con la casaca
Roja, lo iba patrullando mientras entonaba: “Nada debo agradecerte, mano a mano
hemos quedado, no me importa lo que has hecho, lo que hacés ni lo que harás;
Los favores recibidos creo habértelos pagado y si alguna deuda chica sin querer
se me ha olvidado en la cuenta del otario que tenés se la cargás”
Final del partido. El nene tuvo razón. Independiente se
llevó la clasificación. El Rojo se fue de la cancha con la victoria en el
hombro. Entre el Pato y Carlos, Tagliafico enfiló primero. En el fondo
Amorebieta y su caballo alazán volvían del recorrido, Gardel se sacaba el
sombrero y Pastoriza los palmeaba uno por uno en el pecho, donde está el escudo
y el corazón, que tienen el mismo color que el nuestro y que cada vez late más
fuerte.
Fuente De la Cuna al Infierno
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