Cinco de los siete refuerzos que eligió Holan pasan los 30.
El técnico nutrió de experiencia a un plantel muy joven y se apoya en ellos
para conducir.
Ariel Holan junto con el plantel, que escucha atento las
indicaciones del técnico. (Foto: @Independiente)
Siempre es imprescindible conjugar juventud con experiencia.
Alternar irreverencia bien concebida con sapiencia. Mezclar desparpajo y
atrevimiento con criterio y lectura de juego. Vértigo con pausa. Músculo con
neuronas. Esa conjunción entre pibes y futbolistas con trayectoria, para tener
un plantel compuesto por distintas franjas etarias, suele ser la receta para
aspirar a grandes empresas.
Independiente está plagado de jugadores que están dando sus
primeros pasos. De hecho, 17 de los 32 integrantes del plantel son menores de
25 años. Y 16 son productos de la cantera. Impulso es lo que sobra, es por eso
que Ariel Holan procuró reforzarse con hombres capaces de aportar una cuota de
reflexión, con el fin de canalizar la vehemencia y el ímpetu de los más
jóvenes. Walter Erviti, de 37 años, Emmanuel Gigliotti (30), Jonás Gutiérrez
(34), Fernando Amorebieta (32) y Nicolás Domingo (32), quienes llegaron de la
mano del técnico actual, arribaron para nutrir de experiencia a un grupo muy
joven. Nery Domínguez (27) y Gastón Silva, quien tiene 23 y aún no firmó su
contrato, también se sumaron por solicitud de Holan. Damián Albil (37), renovó
su vínculo a pedido del entrenador. Tanto el arquero como Erviti son fuente de
consulta permanente del DT, que siempre está abierto a escuchar sugerencias de
los experimentados. En ellos se respalda para ejercer la conducción del plantel
y tener más llegada.
Cuando desembarcó, el técnico borró a varios experimentados.
Cebolla Rodríguez (31), Germán Denis (35), Hernán Pellerano (33), Diego Vera
(32) y Víctor Cuesta (28) debieron marcharse. "Teníamos muchos jóvenes y
era necesario incorporar futbolistas con trayectoria para que los guíen y les
enseñen", explicó Holan. Es cierto que los años no vienen solos: la lógica
merma física suele estar compensada por la comprensión del juego, un valor
agregado que se adquiere con el paso del tiempo.
Fuente Olé
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