Está prácticamente caída la transferencia del volante
cordobés a Zenit de Rusia aunque habrá que esperar hasta el 31 de agosto, día del
cierre de los mercados de pases europeos.
El abrazo con Ariel Holan, en el epílogo del encuentro
contra Deportes Iquique, en Calama, sonaba a despedida.
Emiliano Rigoni tenía
programado volar apenas llegado de Chile rumbo a Rusia para sumarse al Zenit.
Esto debía ocurrir el 3 de agosto. Pero el viaje nunca se llevó a cabo y hoy,
18 del mismo mes, la transferencia a ese equipo está más estancada que nunca.
Es más; algunos dirigentes de Independiente manifestaron, por lo bajo, que al
menos hasta fin de año el jugador seguirá vistiendo la camiseta del Rey de
Copas.
El rostro del volante cordobés en la práctica en Villa
Domínico denotaba la lógica tristeza al tomar conciencia de que el gran salto
se vio al menos demorado.
No descartarlo
Seguramente el hincha de Independiente estará tomando con
beneplácito la noticia de que lo de Rigoni al Zenit está bien frío.
Pero no debe cantar victoria pues el representante del
jugador, Juan Cruz Oller, quien fracasó en las tratativas con la entidad de
Rusia, tendría a mano algunas opciones más para el ex Belgrano.
Vale aclarar
que los mercados europeos cierran el 31 de agosto. Un tiempo que parecerá
eterno para quienes sueñan con la permanencia del mediocampista con gol, entre
ellos Holan.
La cuestión es que Emiliano, quien esta semana se
reincorporó a las prácticas del Rojo tras gozar de una licencia a la espera de
una venta que nunca llegó, podría estar a disposición del entrenador, si este
lo cree conveniente, para el compromiso del martes frente a Atlético Tucumán,
por la Copa Sudamericana.
Holan tiene pensado dialogar con el jugador, tratando de
levantarle el ánimo para ver si puede contar con él en tan trascendental
compromiso.
La definición deberá salir en estas horas pues Independiente tiene
previsto viajar al Jardín de la República, el lunes a las 9 de la mañana.
Oller permanecerá en Europa tratando de conseguirle algo a
Rigoni a la vez que en el Rojo aprietan el puño por lo bajo, aunque por
cuestión de tiempos no pueden darse el lujo de festejar.
Fuente Don Balón
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