Pellerano admitió que vienen cayendo en los partidos
importantes. Hoy, el Rojo debe ganar para seguir prendido.
Por Favio Verona y Fabian Rodriguez
Perder el puesto fue un golpe muy duro”. Hernán Pellerano
suele decir lo que piensa. Eso fue lo que hizo en diálogo con Olé . El
experimentado central de 32 años había perdido la pulseada con Figal y sintió
el impacto de quedarse afuera del equipo. Cuando el Rojo aún seguía con vida en
la Sudamericana, Milito sólo lo ponía en los partidos en los que decidía rotar.
Sin embargo, el técnico cambió el esquema la semana pasada ante Temperley,
dispuso una línea de tres centrales y el ex Vélez no sólo recuperó su lugar:
también el brazalete de capitán.
-¿Cómo sobrellevaste el hecho de ser suplente en tantos
partidos?
-Estoy acostumbrado a jugar siempre y fue difícil, pero
sabía que en cualquier momento iba a tener otra chance y que debía prepararme
para aprovecharla.
-¿Por qué creés que te sacaron?
-No me tocaba jugar porque había compañeros que estaban
mejor. Algunos le echan la culpa al entrenador cuando no les dan muchos
minutos, pero yo creo que los futbolistas se ponen y se sacan solos. Debo hacer
autocrítica: si no jugaba era porque no estaba haciendo las cosas bien.
-¿Y cómo te sentiste en la línea de tres?
-Bien, sobre todo en el primer tiempo. Los problemas del
equipo van más allá del sistema. Estamos pecando en otras cosas que no tienen
que ver con el esquema ni los nombres. Nos está faltando ejercer más presión
tras cada pérdida, juntarnos más, no perder tantas pelotas y ser más
contundentes. Si no presionás bien, te van a llegar aunque pongas seis
centrales. Y si ponés tres delanteros pero no tenés movilidad ni una idea de
juego, tampoco vas a llegar al arco contrario. El sistema es circunstancial, lo
que importa es saber reducir espacios, tocar, mostrarse como opción de pase
para que haya una dinámica constante.
-Campaña dijo que con tres en el fondo el equipo tiene más
salida...
-Llevamos sólo un partido jugando así. Eso te lo voy a poder
afirmar después de 15 encuentros con este sistema. Sí noté que ante Temperley
fue el partido en el que más situaciones creamos. En otros, al jugar con un
nueve y dos extremos, Vera quedaba muy solo en el área. Habrá que ver si el
motivo por el que llegamos más fue el doble nueve o si se debió a que el rival
fue Temperley. Quizás contra Gimnasia jugamos igual y no llegamos nunca. Eso
está por verse.
-¿En qué fallan?
-No sé qué nos está faltando ni cuál es el camino. Estamos
de acuerdo con la idea de Gaby (Milito). Los conceptos son claros y los
entendemos, pero ahora necesitamos resultados. El tema es que jugamos muy
apresurados y para construir las jugadas a veces hay que bajar el ritmo. Ahí es
donde se empieza a generar el desbalance de perderla y recuperarla de forma
repetitiva y el equipo queda partido.
-Milito dijo que el plantel está golpeado. ¿Qué papel juega
lo anímico?
-Las eliminaciones de las copas fueron duras. A veces
sentimos que tenemos la obligación de ponernos en ventaja al minuto y eso lleva
a que no puedas desarrollar bien la idea. Pero eso de la presión no es excusa.
No tenemos que volvernos locos, en todos los grandes hay obligaciones.
-De visitante les va mejor que de local. ¿Se lo atribuyen a
la cabeza?
-Llevo más de un año en el club y en los momentos difíciles
no pudimos dar un paso adelante. La presión es cada vez más grande y la mochila
pesa cada día más. Si hacemos las cosas mal, los murmullos se van a sentir a
pesar de que no los quieras escuchar. Hay que cambiar insultos por aplausos y
eso depende de nosotros. Debemos tener en cuenta las experiencias recientes: si
nos ponemos locos y queremos resolver el partido de inmediato, el rival se va a
agrandar y nos irá mal. Tenemos que jugar tranquilos, como solemos hacer de
visitante.
-¿Lleva mucho tiempo afianzar una idea como la que intenta
plasmar Independiente?
-Construir es muy difícil en el fútbol argentino. Destruir
es lo más fácil al tener el acompañamiento de los árbitros, que generalmente te
dejan seguir la jugada y no te sacan amarilla. Acá el que construye se siente
más desprotegido que en otras partes del mundo. Y el que destruye se tiene
confianza.
El Rojo repite, el Lobo no
Gabriel Milito quedó conforme con el funcionamiento de la
línea de tres ante Temperley (1-0) y todo parece indicar que no realizará
ninguna modificación para recibir a Gimnasia, ya que en las últimas tres
prácticas probó a los mismos 11 que vencieron al Gasolero. El Lobo viene de
ganarle a Huracán por 1-0 y Gustavo Alfaro dispondría una sola variante:
Sebastián Romero ingresará por Pablo Vegetti. Si bien Nicolás Mazzola iba a
entrar por Daniel Imperiale, pero el punta fue padre en la semana e iría al
banco.
Fuente Olé
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