Por Ezequiel
Pablo Pernica
El partido frente a Boca Unidos de Corrientes por la
Copa Argentina dejó varias certezas, principalmente que el ciclo para algunos
jugadores en el club, está más cerca del fin.
En especial para referentes del equipo como Hilario
Navarro y Eduardo Tuzzio.
Mejor irse bien por la puerta grande y no mal por la
ventana.
¿Ciclo cumplido?
El partido frente a Boca Unidos de Corrientes por la
Copa Argentina dejó varias certezas:
Una: que los chicos están a la altura y que hay futuro
para Independiente (con un buen trabajo, un proyecto a largo plazo y una
dirigencia que haga bien las cosas) con estos juveniles.
Dos: La otra certeza que arrojó el partido es que el ciclo
para algunos jugadores en el club, está más que cumplido. En especial para
referentes del equipo como Hilario Navarro y Eduardo Tuzzio. Es decir, la
imágen que arrojaron ambos en el gol de Boca Unidos lo dice todo.
Quizás la mejor manera de entender lo que es el fin de
un ciclo lo explica una de las leyendas del rock nacional, Como diría VOX DEI
"Todo concluye al fin, nada puede escapar, todo tiene un final todo
termina, tengo que comprender: no es eterna la vida, el llanto de la risa allí
termina".
Los bajos rendimientos, lejos de su plenitud física y
las constantes lesiones los mantienen muy abajo de su nivel. La insistencia
constante en contar con estos jugadores partido a partido les quita el respeto
y el cariño del hincha de Independiente. Cariño, respeto y admiración que se
ganaron con el muy buen nivel que demostraron en especial en la Copa
Sudamericana 2010, en donde ambos fueron dos pilares fundamentales del último
título continental obtenido.
Más allá del camino recorrido, del prestigio y la entrega
por la camiseta que han tenido en los últimos años del club, seguir insistiendo
en contar con ellos significa poner en peligro una relación con el público que
ya viene en caída. Es decir, ¿Hace cuanto que no se los ovaciona a ambos más
allá de la situación deportiva del club? hace mínimo tres años, eran los más
ovacionados.
Ídolos para muchos y jugadores respetables para otros,
se los debe proteger y no seguirles exigiendo. Arreglar la mejor manera para
acordar su salida por la puerta grande y no forzar más aún una relación tensa.
Darle el reconocimiento merecido y despedirlos con una ovación y con los
mejores recuerdos. Mejor salir por la puerta grande y no por la ventana.
Mejor terminar bien y no desgastar hasta un final
impropio e inadecuado. Esto marca el fin
de cliclo para Eduardo Tuzzio y para Hilario Navarro. Es triste pero es así.
Una decisión que tienen que tomar ambos jugadores, el técnico y los dirigentes.
Es el ciclo de la vida, que algún día se termina.
"Creía que el amor no tenía medidas, o dejas de querer... tal vez, otra
mujer. Y olvidé aquello que una vez pensaba, que nunca acabaría, nunca
acabaría... pero sin embargo terminó".
¡De todo corazón, Gracias por todo!
Fuente Monarquía Roja
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