Dos equipos separados por un Monte

Por Matias Amato

Si hay un jugador importante para el equipo de Independiente hoy por hoy, ese es sin dudas, su número 10, su capitán y su emblema, Daniel Montenegro. El último partido dejó en claro que el entrenador tiene que buscar una alternativa al funcionamiento de sus dirigidos, para esos momentos en los que el engranaje vital no está en cancha.

El sábado ante Arsenal Independiente presentó, sin quererlo, dos equipos antagónicos entre si. Hubo un Rojo que el primer tiempo deslumbró, sobre todo en los primeros 20 minutos donde tuvo 5 oportunidades de gol contra cero del adversario. Esto fue gracias a su movilidad, su presión alta, sus rápidas recuperaciones, y combinaciones acertadas que lamentablemente no  pesaron lo suficiente como para transformarse en gol. Por otro lado, el segundo tiempo, con la salida del Rolfi vimos al otro Rojo, ese que jugó el torneo inicial, que no termina de ajustar piezas y que carece de movilidad y creación, cayendo reiteradamente en la necesidad de centros llovidos al area en busca de un gol salvador, esbozando una grave falta de conexión entre defensa y ataque. Dejando a un sólo hombre con la dura tarea de construir el puente que una defensa y ataque, Fabián Vargas.

La salida de Montenegro es la explicación de esto. Y la podemos ver en los números a continuación, en el primer tiempo el Rolfi jugó 25 pases, con un 96% de efectividad. Y mas del 95% los hizo en campo contrario.

Sin embargo, en el segundo tiempo sumando los pases realizados entre Farias, Caicedo y Lequizamón, no sumamos ni siquiera  20, y el porcentaje de efectividad no alcanza el 90%.

Gallego tiene, que buscar una alternativa al funcionamiento del ataque rojo que le permita mantener, al menos,  la intensidad y la calidad del  ataque Rojo cuando no este su capitán, de lo contrario, Independiente dependerá de que la salud y el buen estado del Rolfi para salvarse del descenso. Hoy tenemos dos equipos separados simplemente por un jugador, Montenegro.

Fuente Infierno Rojo