En Avellaneda, el equipo que dirige el Tolo Gallego,
sin suerte, perdió 1 a 0 con Godoy Cruz, el conjunto de Martín Palermo, ahora
nuevo puntero; cayó en la zona de descenso, en la misma línea de Quilmes.
Por Carlos Travaglini
Independiente sigue sin encontrar el rumbo | Mauro
Alfieri
Todo le cuesta a Independiente. La comprometida
situación, jugar al límite, coquetear con el descenso por primera vez en su
rica, extraordinaria historia, evidentemente le afloja las piernas. Lo maniata,
le genera un golpe interno anímico. Le pesan las piernas, le mortifica los
pensamientos. Si puede fallar, falla. Si puede trastabillar, trastabilla. No
puede mirar para arriba, vive observando el suelo. Independiente no juega con
libertad. No juega ni bien ni mal: directamente no puede jugar. Con una carga de
ansiedad y nerviosismo que viaja, desde afuera hacia adentro, como si se
tratase de una espada sobre su espalda. Apenas se descuida, se lastima. No sólo
pierde: cae otra vez en la zona de descenso .
No jugaba mal Independiente. Había tenido unas cuantas
situaciones de riesgo frente a una sólida formación, la construida por Martín
Palermo en Godoy Cruz. Que está arriba, arriba de todos, aunque con un partido
más, claro. No entretiene el equipo mendocino: su búsqueda transcurre por el
equilibrio. Los Rojos, con la ansiedad y la tensión acumuladas, a ese buen
equipo, le ganaban en casi todos los sectores.
Desde el principio, cuando un cabezazo de Velázquez
chocó en el travesaño a los dos minutos.
Qué mala pata, Independiente. Se cree,
se estima, que ese hipotético gol habría transformado los corazones desatados.
Habría sido otra historia.
Pero no, Independiente atraviesa un destino
maléfico.
Otro envío desde el aire de Caicedo, el reemplazante del Tecla
Farías, fue detenido por Ibáñez, el arquero, de muy buena noche. Otra vez, el
colombiano tuvo una ocasión, al límite del off side, y el balón chocó contra un
poste.
Qué mala fortuna... Y porque en la jugada siguiente, en un avance veloz,
agresivo y eficaz, Nico Castro ofreció un preciso disparo, apenas desde fuera
del área, y puso arriba a Godoy Cruz. Todo el dominio psicológico convertido en
añicos. Durante 15 minutos, la locura invadió al equipo rojo.
Hasta que tomó otra vez el timón del partido. En la
parte final, en los últimos 15 minutos. Motivado, acaso, por los fuegos
artificiales arrojados minutos antes del partido, para darle ánimo a un equipo
confundido.
Sin Montenegro, su símbolo, sin Tula, el referente de la última
línea, Independiente fue una y otra vez.
La verdad, mereció el empate, sobre
todo por la primera parte del espectáculo. Y algo más, también.
Sin embargo,
Independiente no puede pensar en el destino, ni en el pasado, ni en las
ocasiones desperdiciadas en este partido o en los 20, 30 anteriores: debe
agruparse, reordenarse, espiar en el futuro con la certeza de descubrir la luz
en la oscuridad.
No tiene fortuna, es cierto (¡un zurdazo de Caicedo en el
travesaño desnudó, otra vez, su falta de suerte!). Tampoco serenidad para
afrontar semejante desafío, acaso el más traumático de su historia. Con Ibáñez,
con sus manos seguras y resistentes y un juego prolijo y sereno, Godoy Cruz es
el líder, con un encuentro más. Hasta pudo acrecentar la diferencia el noble
conjunto del viejo y querido goleador.
La contracara es Independiente, al menos hoy, en zona
de descenso y en un desempate con Quilmes. Qué más...
dos ex boca con Martín
Por siempre, Martín Palermo será relacionado con Boca.
No importa que hoy sea el DT de Godoy Cruz. Anoche, antes del partido, se
abrazó con Vargas y Morel Rodríguez, ex compañeros de aquellos años exitosos.
Zapata, indultado y suplente
Por primera vez en esta era de Américo Gallego en
Independiente, Víctor Zapata estuvo disponible para jugar. Había sido marginado
por el DT, que hace una semana, tras una charla con él y el pedido de los
referentes del plantel, lo reincorporó. Anoche, el volante estuvo entre los
suplentes.
Pitana, un amuleto tombino
Godoy Cruz se mantiene invicto en partidos dirigidos
por el árbitro Néstor Pitana. Con el de anoche, ganó cuatro y empató los
restantes cuatro.
Ausentes por amarillas
Por una infracción absurda, Julián Velázquez fue
amonestado por quinta vez en la temporada y se perderá el crucial encuentro del
sábado con Quilmes, como visitante. También recibió la tarjeta amarilla
Federico Lértora, con quien no contará Godoy Cruz cuando reciba el domingo 17
al hasta anoche puntero, Lanús.
Acusación de Marconi
El éx árbitro Guillermo Marconi, que se reconoció
hincha de Independiente, fustigó a dirigencias anteriores y defendió a la
actual. "No se puede echar la culpa a Cantero por este momento, cuando en
los últimos 15 años el club se endeudó en $ 330.000.000 por culpa de gente
irresponsable", criticó el presidente de Sadra.
Fuente Cancha Llena

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