Por Cristian Fernández
El Rojo le ganó 2-1 al Liverpool y se clasificó a los
cuartos de final de la Copa Sudamericana en donde lo espera la Universidad
Católica de Chile. Núñez, la gran figura local, abrió el marcador. Mancuello y
Battión fueron los autores de la levantada. Quinto triunfo al hilo de los del
Tolo.
Los del Tolo Gallego sabían que el resultado de ida era
escueto y que ante algún gol del Liverpool todo se podía desmoronar. Por eso la
idea de arranque fue que Fredes, Vargas, Rosales y Mancuello se hagan de la
pelota en el mediocampo y la pongan al piso para manejar los tiempos y evitar
el juego aéreo del local. Sin embargo, poco se hizo de eso en el primer tiempo.
Independiente, entonces, intentó ser prolijo pero las
primeras acciones fueron para el local que en el Centenario se paró frente al
Rey de Copas y lo intentó dañar. A los 5 minutos pudo haber marcado en lo que
fue el primer error de Rodríguez, el arquero del Rojo que fue de menor a mayor
y terminó siendo muy importante para el triunfo copero.
Lo que más volvía loco al Tolo y lo que más preocupaba
a todos eran los pelotazos del conjunto uruguayo, algo que se quería evitar
pero que al final terminó teniendo frutos para el Liverpool. El visitante,
apoyado por un gran puñado de hinchas, contaba con algunas contras esporádicas,
pero no lograba mantener la pelota en su poder. Vidal tuvo algunas chances,
pero esta tarde noche su pólvora estuvo mojada.
Aguirre y Silvera fueron algunos de los que pudieron
abrir el marcador para los uruguayos, pero eso llegaría en los pies del mejor
de su equipo, Carlos Núñez, cerca del cierre de la primera etapa. Mientras
tanto el Rojo llevó peligro de contra y aprovechando los tiros de esquina a
favor. Tula, Vargas y Vidal fueron los que tuvieron la posibilidad de englobar
la red, pero no lo lograron.
Una jugada aislada en la que Núñez, bien marcado por
Bochini como un futbolista diferente, se llevó de rebote la pelota, jugó con su
cintura ante Tuzzio, que terminó muy mal parado, y estampó un buen derechazo al
palo lejano de Rodríguez. Liverpool se iba 1-0 al vestuario.
En el arranque del complemento, el Tolo propuso otra
cosa. Ingresaron Villafañez por un errático Fredes y Benítez por Rosales. Ambos
jugadores le dieron esa impronta, cambio de ritmo y velocidad en los últimos
metros que los titulares no hicieron. Es más, Rosales y Fredes tuvieron un
rendimiento preocupante.
Encima, a los 3 minutos del segundo tiempo apareció
Godoy que se vistió de Riquelme y con zurda le dio una asistencia de Ginóbili a
Mancuello. El zurdo volante dejó tirado al arquero y definió con derecha para
la igualdad y la clasificación.
Esto no sólo cambió la eliminatoria, si no el pasaje
del partido en sí. El Rojo comenzó a dominar, a manejar la pelota, a hacer
correr al Liverpool y de a poco a aniquilar a su rival. De todas maneras, los
uruguayos tuvieron sus chances pero siempre chocaron contra Rodríguez y contra
la poca puntería en otras situaciones. Lo cierto es que de a poco Independiente
remató la serie.
Las contras se sucedían una tras otra. Los últimos
metros, como hace un tiempo, eran los más difíciles para el Rojo que no podía
finalizar las jugadas. Sin embargo, a los 47 minutos del segundo tiempo Battión
recibió un pase abierto, enfrentó al arquero y definió con un derechazo rasante
al segundo palo. Así cerró la serie, clasificó con calidad, presencia, mística
y sigue en la Copa Sudamericana aunque la mirada siga centrada en el Torneo
Inicial.
Ahora, espera la Universidad Católica de Chile. El Rojo
continúa de pie y en racha.
Fuente Infierno Rojo
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