Los refuerzos de Independiente posan para Olé. (Gustavo
Garello)
Debora D’amato ddamato@ole.com.ar
Aquí están, estos son... Olé juntó a los ocho refuerzos que
incorporó Independiente para el torneo Inicial.
Entre todos suman nada menos
que ¡39 títulos! “Nuestra idea es pelear arriba”, coinciden.
Suena lógico, con
semejantes pergaminos...
La neblina se apoderó, sin piedad, del predio que la AFA
tiene en Ezeiza.
Allí Independiente practicó toda la semana y ayer la densidad
del clima no fue impedimento a la hora de realizar los trabajos físicos de cara
al torneo Inicial.
Mañana a las 20.20 visitará a Newell’s en Rosario y si bien
la realidad les marca un camino repleto de presiones, las bromas son moneda
corriente en este plantel de viejos conocidos que sumaron su experiencia a la
juventud de los que ya estaban.
Las sonrisas, el buen clima y las chicanas surgen nada más y
nada menos que de los ocho refuerzos.
De esos “grandes” que eligió Cristian
Díaz para armar un plantel ante un campeonato delicado en cuanto al promedio,
pero que invita a pensar en otra cosa por la jerarquía de dichas
incorporaciones.
Justamente de esos mismos que ganaron muchos títulos a lo
largo de sus carreras.
Salvo Roberto Russo, quien aún no alcanzó esa gloria,
todos levantaron al menos una Copa. Unos más: Fabián Vargas cosechó 14
medallas. Otros menos: Paulo Rosales obtuvo una sola.
Entre todos suman: ¡¡¡39
títulos!!! Y van por más, quieren ser campeones.
No bien finalizó la práctica de fútbol informal, el primero
en aparecer para la producción de Olé fue Claudio Morel Rodríguez.
Ansioso por
evitar el frío, apuró a sus compañeros para que finalizaran los trabajos de
elongación a cargo del profe González.
“Faltan un par. Vamos a buscarlos que se
fueron al gimnasio. Aunque si a Vargas le están haciendo masajes, sonamos, no
viene más”, ironizaba el paraguayo, con más ganas de estar en el vestuario que
haciéndose amigo de la cámara.
A lo lejos, con una paz poco habitual, Jonathan
Santana y Roberto Russo.
“¡¡¡Dale que nos enfriamos!!!”, gritaba Zapata, que
relojeaba la ausencia del colombiano. “Alguien que lo traiga a Vargas. Vengo de
allá y me lo olvidé, ja”, aseguraba, a carcajadas, Santana. Sergio Barbui, de
prensa del club, tratando de sacar a Vargas del consultorio.
Im-po-si-ble. El
colombiano estaba con el kinesiólogo Gabriel De Brasi, finalizando su sesión.
De pronto, los siete, caminando en fila india y sin mediar palabras, se
apersonaron en el consultorio: “¡Dale que hace un frío de locos!”, le gritaron.
Al rato, como por arte de magia, Vargas, abrigado y con una sonrisa de
publicidad, festejaba las ocurrencias de sus nuevos compañeros. “Acá hay años
pero también hay copas, ja”, deslizó guiñando un ojo, Cristian Tula, mientras
se acomodaban para las fotos.
El más callado fue Legui, que se dedicó a posar
en silencio. A su lado Russo, orgulloso de “estar al lado de estos monstruos”.
“Sabemos de la realidad pero para nosotros es una motivación
representar a Independiente. Pensamos en pelear lo más alto, no en lo más
abajo”, coincidieron los ocho con unas ganas locas de poder cantar las 40...
Fuente Olé
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