Por Franco Caruso
Extraño resulta el fútbol de hoy. Ese en el que mandan los
resultados, y no se diferencia el juego de buen pie o el pum para arriba.
Ganar, solo sirve ganar. Cosechar los tres puntos fecha a fecha, estar entre
los primeros puestos y ser protagonista, sin importar el cómo.
Por eso, en el fútbol nuestro de cada día, común resulta
escuchar que en un puñado de fechas un equipo cambie su DT. Acá no existen los
proyectos a futuro, a tal punto, que esa frase prácticamente ya no se oye.
En este panorama, Cristian Díaz comenzó a desandar su
primera experiencia como Técnico, en Independiente. Arrancó con un prometedor e
histórico triunfazo en la Bombonera, que revivió a un equipo masacrado durante
las primeras cuatro fechas del Clausura 2012.
Así, con 17 puntos en apenas 8 partidos (con el Clásico
frente a Racing incluído), parecía ser la solución a los problemas que el
equipo acarreaba. Pero no todo es para siempre, y lo bueno se esfumó de un
momento al otro.
Es que después de aquella lejana última victoria frente a
Banfield por la fecha 12 del pasado campeonato, Independiente no volvió a
encontrarse con el triunfo. Pasaron rivales, tácticas, estrategias, partidos y
jugadores. Pero nada cambió.
Desde aquel último triunfo pasaron días. Para ser exactos
113, desde ese 28 de abril cuando el Rojo tenía su última alegría. Casí cuatro
meses desde los gritos de Ferreyra y Farías frente al Taladro en Avellaneda,
para comenzar a transitar el futuro incierto, ya transformado en presente.
Desde ahí, el promedio de eficacia de Cristian Díaz en el
banco de Independiente comenzó a reducirse de manera notable, hasta llegar a lo
que es por estas horas. El total de partidos desde que es DT
"definitivo" es de 18 partidos, de los cuales ganó 5, empató 7 y
perdió 6.
De esta manera, su promedio actual es de 40,7%. Por delante
quedan 35 finales, las cuales representan un total de 105 puntos. Sabido es que
el Rojo debe rondar las 60 unidades esta temporada, por lo que la efectividad
del técnico debería subir al 55%.
Lo cierto es que Independiente acarrea 10 partidos sin
triunfos. Un equivalente a 30 puntos, de los cuales apenas se consiguieron 5.
Casi cuatro meses (113 días) sin sumar de a tres, y lo que es peor aún, con un
nivel juego preocupante.
Por eso, este Independiente no mantiene ninguna de las dos
premisas que giran entorno al fútbol, ni gana, ni juega bien. La gente ya
empezó a pedir un golpe de timón, y por eso nos preguntamos, en el fútbol
nuestro de cada día ¿Cómo se sostiene?.
Fuente Monarquía Roja

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