El Tecla asume la compleja situación del bajo promedio, pero
también habla de las otras obligaciones que tendrán los Rojos en la próxima
temporada; el trato con la actual dirigencia y el sobrevuelo por su carrera.
Por Francisco Schiavo
El préstamo de Farías vencerá en diciembre; el Tecla dice
que le gustaría instalarse en la Argentina | Mauro Alfieri - LA NACION
Lo primero con que los hinchas de Independiente relacionan
al Tecla Farías es con un ojo en compota.
No se sabe bien si es Ernesto, el
goleador que impactó en Estudiantes y confirmó sus condiciones en River, o
Rocky Balboa después de haber noqueado a Iván Drago.
Algo de Hollywood guarda
la vida del hombre de 32 años y, acaso, la trama de suspenso se reservó esa
gran escena en la Bombonera, después de un choque con Matías Caruzzo.
En aquel
triunfo que confirmó a Cristian Díaz como DT de los Rojos, tras la partida de
Ramón Díaz, se ratificaron los dotes de artillero del hombre que venía con poca
continuidad en Cruzeiro, de Brasil.
Fueron tres, el último en el tiempo
adicionado, para que Independiente se impusiera por 5-4 y les cortara a los
xeneizes un invicto de 33 partidos en los campeonatos locales. Quedó como su
frutilla en una campaña con sobresaltos.
"Me tocaron muchos partidos buenos en mi carrera, pero
por la trascendencia, por el contexto y por el final, fue algo que voy a
recordar siempre. También por el adversario, invicto, y justo en la cancha de
ellos. Ese partido quedó en la memoria de todos."
La postal, igual, parece
lejana por todo lo que quedó en el medio: los vaivenes deportivos, los
inconvenientes económicos y la dura lucha del presidente Javier Cantero contra
la barra brava.
-¿Por qué tuvieron tantos altibajos en el rendimiento?
-Suele pasar en los torneos cortos. No empezamos bien,
remontamos no bien llegó Cristian y después volvimos a caer. Todo pasa por el
momento de los jugadores. Ahora sabemos que no quedamos en una posición cómoda.
No pudimos repetir lo de Boca y los partidos posteriores. Tenemos que arrancar
bien en el torneo que viene porque ya no podemos dejar escapar más puntos. El
entrenador buscará lo mejor para Independiente. Necesitamos que venga gente de
experiencia para formar un buen grupo y tener un equipo fuerte para encarar lo
que se viene. Estamos abajo, pero la historia de Independiente nos exige estar
arriba.
-Personalmente, ¿qué evaluación hiciste?
-Tuve que adaptarme al fútbol que hoy se juega en la
Argentina, más friccionado, de más roce. Se corre y se mete mucho más que
antes. No pensé que iba a sentirme tan bien porque agarré ritmo muy rápido.
Aunque me hubiera gustado que mis goles hubieran servido para pelear arriba y
no abajo. Sé que puedo dar más. No me conformo. En el fútbol hay que aspirar
siempre a lo más alto. Uno nunca se queda conforme con su rendimiento. Espero
hacer una buena pretemporada para hacer un mejor semestre que el anterior.
-¿Cómo es pelear con defensores de físico más grande?
-Hay defensores muy fuertes. Hay que tratar de buscar el
punto más débil de ellos. Después, dentro de las condiciones de cada uno, hay
que estar preparado para jugar fuerte, para el forcejeo. Hay que ser rápido con
los movimientos.
-¿Hay mala intención?
-No creo. Se juega fuerte. Uno sabe cómo trabar o ir fuerte.
Se puede hacerlo y ganar la pelota. Eso no quiere decir que sea mala leche .
Todo depende de cómo se vaya a la jugada.
-¿Cómo es un partido sin un gol tuyo?
-Primero, quiero que gane el equipo. No es cuestión de meter
un gol y perder. Sería como irse medio contento. Como delantero y goleador
quiero anotar cada domingo. Es lo que busco, pero prefiero el reconocimiento
grupal.
-¿Te enojás?
-Si el equipo gana, no.
-¿Cómo sobrellevaron los problemas fuera de la cancha?
-Siempre supe lo que significaba Independiente y la
situación económica la esperaba. Son cosas de las que está tratando de salir
esta dirigencia, incluso del tema de la barra. Se vive mucho el día a día.
Hablo sobre el tiempo que estoy y sobre esta dirigencia. Creo que quieren hacer
las cosas bien. Tratan de ponerse al día con los jugadores. Si no, hablan y
están cerca. Quieren mejorar, aunque es obvio que no va a ser fácil.
-¿Cómo fue volver a vivir a la Argentina?
-El día a día fue difícil. Me había acostumbrado a una forma
de vivir distinta. Salía y dejaba a mis hijos tranquilos en algún lugar, sin
problemas para estacionar? todo. Más allá de que quiero a mi país, el día a día
es complicado. Allá todo eso se hace con más naturalidad, te piden las cosas de
otro modo. Acá, por todo lo que se vive en el fútbol, por ejemplo, hay cosas
que con la familia no puedo terminar de hacer, pero es normal. Lo entiendo
porque también me pongo en el lugar del hincha. Trato de responderle de la
mejor manera a cada uno.
-¿Te quedaste con ganas de seguir en Europa?
-No. Por eso decidí volver. Tenía la posibilidad de seguir
en otro equipo, pero busqué continuidad. Por suerte, en Porto me tocó ganar dos
campeonatos, una Supercopa, una copa de Portugal, pero quería jugar más. Esa
experiencia fue muy importante. Me encontré con un club muy lindo, de los
mejores de Europa. Aprendí mucho.
-¿Por qué los jugadores argentinos van a Brasil?
-Si un futbolista entra bien, tiene continuidad y es
respetado. Todo DT brasileño tiene un circuito, pero los pocos argentinos que
jugaron fueron reconocidos y figuras. Ellos se lo ganaron. Pero al mínimo golpe
se tiene todo en contra. Se abrió un buen mercado.
-¿Ellos cómo nos ven a nosotros?
-No se ve mucho fútbol argentino. Nosotros consumimos más su
fútbol que ellos el nuestro. Nos ven como una rivalidad, como una potencia.
Saben de la raza del jugador argentino. Saben que, técnicamente, pueden estar
un escalón arriba, pero saben que nosotros tenemos eso que no se negocia. Y lo buscan.
-¿Cómo proyectás el resto de tu carrera?
-Quiero jugar hasta que me dé el físico y sea útil. Después
quiero estar siempre ligado al fútbol. Tengo contrato hasta diciembre y, a
partir de ahí, tengo dos años de contrato con Cruzeiro. Ya se verá. Me gustaría
instalarme en la Argentina, pero dependerá del momento.
-Mentalmente, ¿al jugador le da lo mismo estar a
préstamo?
-Si sos del club podés llegar a estar más tranquilo. Pero el
pensamiento varía según la edad, según las cosas que te jugás. En lo personal,
no me influye. Trato de disfrutar el día. Si puedo quedarme en un lado, mucho
mejor.
TECLA, PARA TODOS
Ese diente roto que le valió el apodo
El mote ya forma parte de su nombre propio. Si hasta más de
uno tiene que hacer memoria para recordar que Farías se llama Ernesto.
"Todo empezó en los juveniles. Se me partió un diente cuando llegué a
Estudiantes, a los 14 años, y estaba Azconzábal [Juan Manuel] en la pensión. Me
vio llegar y me puso el sobrenombre porque decía que mi dentadura parecía un
piano. Ahí quedó", bromeó el atacante.
Fuente Cancha Llena

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