Entiende las reglas del juego pero le cuesta adaptarse.
Debora D’amato Ddamato@ole.com.ar
El DT repasa su trabajosa relación con la prensa y la
autocrítica.
Admite enojos, pero “no tengo maldad”.
-En el Clausura, frente a los micrófonos estuviste muy a la
defensiva. ¿Te sentiste atacado?
-Tuve un montón de sensaciones. Igual me quedo con el cariño
de la gente y con los que ven que trabajo de sol a sol para que las cosas
salgan bien. Me puedo equivocar pero todo lo hago pensando en el bien de
Independiente.
-Se te ha señalado con falta de autocrítica. Mirando el
Clausura, ¿en qué te equivocaste?
-Ahí está. ¿Mi error fue no ser autocrítico frente a la
prensa?
-Tu trabajo es
público. Si algo no sale, la gente quiere respuestas.
-Las críticas, depende de cómo vengan y de quién vengan, a
veces no son simpáticas. Eso es cierto. Si ése fue mi mayor error, lo corrijo
ya. Después de San Lorenzo, defendí a mis jugadores. Dije: “Independiente
mereció ganar” y me mataron por eso. A mí no me sale dar nombres propios y
señalar jugadores por un error. No soy así. No puedo exponerlo pero porque no
me sale.
-¿Y con algunos cambios? ¿Por qué sacaste a Patito en
Rosario?
-Buen ejemplo. Pato estaba jugando bien, es cierto. Martino
metió un cambio y a mí me pareció que metiendo a Vidal, ganaba el partido y
enseguida hago el cambio yo. Así lo entendí en ese momento. Leí que esa podía
ser la clave para ganarlo. Con Tigre me criticaron por sacarlo pero fue él
quien me pidió salir. De todo se aprende.
-¿Sentís animosidad en las críticas?
-No tengo amigos en el poder. Mi representante no es amigo
de periodistas y sólo laburo. Como jugador, puedo haber sido bueno, malo o
regular pero fui un laburante y como entrenador, lo mismo. Sí sé que soy
cabrón, fastidioso y enojón. Cuando algo no me gusta se me nota en la cara pero
no tengo maldad.
Fuente Olé
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