Escrito por Cristian Fernández
Cristian Díaz y sus muchachos están a menos de un mes de
arrancar una de las temporadas más complicadas de la historia de Independiente.
Los nombres de los refuerzos ilusionan y redoblan la apuesta. Foto: Olé.
Un domingo sin fútbol es como un asado sin achuras. Las
horas no transcurren, la emoción se oculta con el primer rayo de sol y la
alegría se desvanece con la luna y nos damos cuenta que nos faltó algo.
Riquelme, por estos días, diría “me siento vacío”.
Por eso, ante la ausencia, uno imagina. Y, tras una semana
de rumores, declaraciones, contratos “acordados de palabra”, pases frustrados,
operaciones de prensa y demás, uno se permite esa gloria que nos fue obsequiada
junto con la función mental, la imaginación. Y ahí, obviamente la camiseta de
Independiente y todas las ilusiones.
Hilario Navarro en el arco; Pablo Pintos o Gabriel Vallés,
Eduardo Tuzzio u Fernando Ortiz, Julián Velázquez y Nicolás Tagliafico o Bruno
Urribari; Fabián Vargas, Mario Bolatti, Hernán Fredes y Víctor Zapata; Paulo
Rosales y Ernesto Farías.
Claro que acá faltan las variantes: Osmar Ferreyra en el
lateral izquierdo, Leonel Galeano y Samuel Cáceres como centrales; en la zona
de volantes Federico Mancuello, Fabián Monserrat y bien arriba los dos “Pato”,
Vidal y Rodríguez.
Los primeros reúnen varias cualidades y sobre todo, la más
pedida por el DT, experiencia para bancarse lo apretado de los promedios y la
ilusión de campeonato que nace en cada torneo en todos los hinchas del Rojo.
Claro está que para finalizar faltan detalles, siempre los
mismos que hasta ahora a Cantero no le permitieron cerrar las negociaciones. La
novela que más rating tiene es la de Mario Bolatti y la de Víctor Zapata fue un
unitario de pocos capítulos, cuyo final es esta semana al igual que la de Paulo
Rosales. Otro que se sumaría también es Urribari. Los tres últimos firmarían en
estos días y formarían parte de los primeros movimientos de la pretemporada.
Tal como se prometió.
A 26 días del comienzo del Torneo Inicial que no tendrá un
campeón, sino un ganador, el Rojo no tiene certeza del primer rival ni qué día
arranca. Lamentablemente, tampoco conoce en definitiva el plantel. Lo único
concreto es que será una temporada en la que se necesitará unidad y un objetivo
fijo: pelear el campeonato. Hasta ahora, dirigentes, cuerpo técnico, jugadores
e hinchas se están moviendo en post de esa empresa.
La Historia te dice quién Sos y el presente nos muestra,
grandes… bien Grandes.
Fuente Infierno Rojo

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