PURA SERENIDAD. GABRIEL MILITO DICE: “SI NO JUGÁS BIEN PODÉS
GANAR UN DÍA, QUIZÁ OTRO, PERO NO PODÉS PELEAR ARRIBA”.
Por Daniel Avellaneda
Dejó Barcelona para volver a su casa. Ahora el objetivo es
dar pelea arriba.
Chapadmalal. Enviado especial - 23/01/12
Hay que recorrer una ruta sinuosa y cruzar por un camino de
tierra para llegar al RCT.
Atrás quedan las playas del Sur de Mar del Plata. Y aquí, a
23 kilómetros de la ciudad balnearia, Chapadmalal no parece cortada por la
misma tijera de la naturaleza, a pesar de que también pertenece al partido de
General Pueyrredón.
Paisaje bucólico, ajeno al ruido que se genera en la arena,
el complejo en el que se aloja Independiente resulta ideal para un retiro
espiritual.
Se respiran aires de paz entre los cipreses. La misma
serenidad que enseña Gabriel Milito cuando se sienta a conversar con Clarín ,
después del almuerzo y antes de una reparadora siesta.
La que lo impulsa a decir que estaba bien cuerdo cuando
decidió dejar el mejor equipo del mundo para volver a la estresante locura del
fútbol argentino.
-¿Cuántas veces te preguntaron si estabas loco?
-Muchas. Pero la posibilidad de volver no fue repentina.
Quizá sorprendió por cómo se dieron los tiempos. Todo fue rápido. Pero el
último año que estuve en Barcelona, yo ya pensaba en retornar a mi país. Lo
habíamos hablado con mi señora. Entonces, no fue una sorpresa para mí. Y no
tenía muchas opciones, a pesar de que había muchos clubes interesados en mí. Si
salía del Barcelona, era para retornar a Independiente. Y al final hice lo que
tenía ganas.
-¿Te costó dejar Barcelona?
-Como cualquier decisión importante de la vida, a la hora de
evaluar, uno siempre pone las cosas en la balanza. Algunas se resignan para
poder ganarlas en otro lado. En mi caso, fue así. Dejé un club extraordinario,
un equipo fantástico y un grupo humano maravilloso, de los mejores que me ha
tocado convivir en el día a día. Pero también buscaba reencontrarme con la
familia, con los amigos, con mi país y volver a jugar en Independiente, que es
mi casa, el lugar al que siento que pertenezco. Y eso pesó más que todo.
-¿Necesitabas volver, además, por la continuidad que se te
negó en los últimos tiempos?
-No sólo por eso. No vine solamente por la continuidad. Mi
deseo era volver a jugar seguido, pero en Independiente. Hacía tiempo que en mi
cabeza estaba dando vueltas la posibilidad de regresar, lo hablé con mi familia
y, bueno, acá estamos.
-Habías dicho que no ibas a volver cuando estuvieras lejos
de tu nivel, que de otro modo, te ibas a la tribuna. ¿Respondiste mejor de lo
que esperabas o todavía no se vio el mejor Milito?
-Estoy satisfecho con el primer torneo, de reencontrarme con
el fútbol argentino. Uno tiene claro que llegó de una Liga diferente, de un equipo
distinto y al comienzo no es lo que se espera. Pero, al final, Independiente
terminó bien, mejoramos y el campeonato lo cerramos de una manera aceptable.
Este año, mi idea es competir al más alto nivel.
-¿Cuánto tiene que ver la pretemporada para lograr eso?
-No focalizo desde el plano individual. Este es un deporte
en conjunto y para que estemos en un buen nivel, todos necesitamos del otro. Lo
importante es que el equipo esté bien, recuperamos jugadores que el semestre
pasado no pudieron estar, como son los casos de Patito Rodríguez, Hernán Fredes
y Roberto Battión. Creo que estamos en un buen momento, pero tenemos que
ratificarlo en el campeonato, no sólo en el verano.
-¿Están para pelear arriba?
-La meta principal es ésa. Pero para poder pelear el campeonato,
nos tenemos que preparar muy bien. El fútbol argentino es muy igualado y
competitivo. Muchos partidos se definen en los pequeños detalles. Boca, siendo
el mejor equipo, un justo campeón, ganó la mayoría de los partidos por la
mínima diferencia. Obviamente, nos estamos preparando para estar ahí. Habrá que
ir demostrándolo.
-¿Todavía resisten los hinchas rojos con el paladar negro o
sólo les importa el resultado?
-La mentalidad de la gente fue cambiando. En el fútbol
argentino, parece que hay que ganar a cualquier precio y de cualquier manera. Y
yo siento que lo más importante es ganar. Pero Independiente es grande por sus
logros y esos títulos los ha obtenido, en su mayoría, por su buen juego. Y es
eso algo que Independiente no debe perder, debería recuperar su mística. Hay
partidos en los que, como en cualquier otro, no se juega bien, pero es
importante sacarlos adelante, ganarlos con más fundamentos que el rival.
-Muchos piensan como vos. Entonces, ¿por qué no se puede
jugar como España o Barcelona?
-Porque el fútbol es distinto. En cuanto a calidad
individual, España, al tener clubes con poder adquisitivo, se pueden
seleccionar a los mejores jugadores. Acá, en Argentina, es más difícil que
ocurra. No se puede comparar.
-¿Cuánto tienen que ver los técnicos, que son más
tácticistas y especulativos que antaño en este fútbol contracturado?
-Lo de la táctica es relativo, porque la técnica siempre
prevalece. Lo que pasa es que se puede jugar en un país de una manera, en otro,
de otra. Al final, los estilos y las tácticas van en el gusto de cada
entrenador, que tiene su manera de entender el juego. Yo soy un convencido de
que si no jugás bien, podés ganar un día, quizá otro, pero no podés pelear
arriba.
Fuente Clarín
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