Por Guido Sacarelo
Independiente
tenía que ir en busca de goles y Eduardo Domínguez realizó modificaciones que le
aportaron al equipo.
El jueves en
la tarde noche se vivió otra jornada de copa para Independiente, en la cual la
premisa era golear a Deportivo La Guaira, para así quedar con chances concretas
de en la última fecha poder clasificar como local ante el Ceará. El Rojo no
terminó de encontrar los goles hasta casi el final de la primera etapa. El
entrenador optó por los cambios en busca de goles y estos sirvieron.
El Rojo que
arrancó el complemento venciendo por 2-0 desde el amanecer, tenía que ir por
más goles que le den la tranquilidad deseada. La primera modificación llegó a
los 15 minutos del complemento, donde Eduardo Domínguez sacó a Carlos
Benavidez, de flojo partido, y puso a Leandro Fernández. El delantero dio una
mano arriba y fue clave en el tramo final, siendo asistidor en los últimos ¾ y
otorgándole al equipo juego en una zona donde no lo venía encontrando.
Tan solo 7
minutos después, el DT apostó por una doble variante, en la cual sacó a Lucas
Rodríguez y Tomás Pozzo, quien tuvo un buen partido, pero abusó de su confianza
en algunas pelotas donde podría haberla cedido. En contrapartida, ingresaron
Andrés Roa, quien marcó el tercer tanto y fue claro en dar juego y Gastón
Togni, en un puesto por puesto buscado por el DT.
Por último,
ya a los 31 y con el partido siguiendo con un marcador de 2-0, optó por sacar a
un extenuado Juan Cazares y meter a Lucas González, ya con la certeza de tener
nombres de juego y un Leandro Fernández que también aportaba en ataque y
buscando que Saltita pueda ponerse unos metros más atrás para asociarse con un
certero Soñora. Sin dudas, el Rojo aprovechó los cambios y se hizo fuerte ante
un débil rival, siguiendo en la ilusión de pasar de fase.
Fuente
Infierno Rojo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.