Alan Velasco será recordado, al menos hasta que vuelva, como
el futbolista que podía explotar y lo vendieron justo antes, y por urgencias
económicas. El futbolista llevaba mucho tiempo en Independiente, y al respecto,
contó: «A Independiente me llevó el papá de Ramiro Lobo, que ahora está jugando
en la reserva. Tuve una prueba con Claudio González, estuve dos días, y
decidieron ficharme. Cuando me dijeron que me iban a fichar, mi familia y yo
saltábamos de la emoción«.
Respecto de su llegada a Primera, la Joya expresó: «El día que debuté en la Primera de Independiente, me cambió la vida. Yo a los 14 empecé a sentir que se podía dar, me esforcé mucho con que se podía dar». Y confesó: «Cuando me dieron la 10 de Independiente, me puse feliz. Pero en Primera no es lo mismo, la camiseta la usaron grandes jugadores. La pasé feo al principio, cuando llegaba a mi casa sentía que si perdíamos era mi culpa, pero después me adapté«.
En cuanto al plantel, el juvenil de 19 años valoró: «Es difícil no marearse, pero tuve la suerte de tener grandes compañeros. Fabricio Bustos, Lucas Romero o Silvio Romero, que me decían cosas que iban a pasar y me pasaban. Hoy les puedo agradecer». Y, sobre el Chino, agregó: «Una vez Silvio Romero vino hablarme porque yo había cambiado ya algunas veces el auto, y me dijo: ‘Prometeme que esté no lo vas a cambiar más’. Hasta hoy lo tengo. Era verdad, por ahí cambiaba sin necesidad».
Fuente Infierno Rojo
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