Silvio Romero festeja su gol de cabeza durante el clásico de Avellaneda que disputan entre Independiente y Racing - Mauro Alfieri - Pool ARGRA
Por Christian Leblebidjian
En un partido con varias situaciones claras de un lado y el
otro, venció 1-0 en el estadio Libertadores de América, por la 5° fecha; el
buen gesto de Pizzi, que felicitó a Falcioni
Lo festejó a pura emoción Independiente. Le ganó a Racing
por 1-0, por la 5° fecha del Torneo 2021 la Liga Profesional de Fútbol y se
tomó revancha del último clásico, que perdió sobre el final y de manera injusta
por el mismo resultado, por un penal mal sancionado por Mauro Vigliano que
terminó convirtiendo Enzo Copetti. Ni siquiera había estadio Julio Falcioni en
el banco de suplentes esa noche. Pero este domingo todo se tiño de rojo. En el
estadio Libertadores de América, Independiente fue superior y se impuso con el
desequilibrio de Sebastián Palacios (la figura de la cancha) y el gol de cabeza
de su capitán, Silvio Romero.
La Academia había empezado a jugar con más precisión y
velocidad. Sus cuatro delanteros comenzaron con movilidad, con Enzo Copetti por
la derecha, Lisandro López por detrás del 9 (Javier Carrea) y por la izquierda
Tomás Chancalay. Se notó en el equipo de Juan Antonio Pizzi una mayor decisión
de buscar el arco rival, al menos el comienzo.
Como sucedió en todas las canchas en la jornada de este domingo, la lluvia jugó su partido. Y el viento se mostró arremolinado, cambiante. Eso potenció el juego largo y frontal de un lado y del otro. Lucas Romero estuvo en duda hasta último momento por una lesión en el isquiotibial derecho. Se exigió para jugar el clásico, pero a los 15 minutos debió pedir el cambio. Lo reemplazó Domingo Blanco, que también se había entrenado diferenciado en la semana por un golpe en uno de sus tobillos, pero terminó respondiendo con un buen nivel. En un momento se había especulado con que Julio César Falcioni se iba a inclinar por un esquema con cinco defensores (lo había probado en la semana), pero finalmente se la jugó con un 4-2-3-1.
Los jugadores de Racing se afirmaban mejor en la cancha
pesada. Y buscaron atacar con avances respaldados, poniendo entre cinco y seis
jugadores dentro del área de Independiente. Las proyecciones de Eugenio Mena
por la izquierda (una de las principales llaves de los últimos encuentros) se
mostraron como una alternativa más que válida. En una de sus subidas, el centro
no le llegó por poco a Copetti, que atacó el espacio entrando a la altura del
segundo palo.
Ese bloque de cuatro delanteros repartidos en un esquema
4-2-3-1 de Pizzi tuvo a Licha López como un falso 10, buscando ser nexo con
buenos movimientos de desmarque y pases. Pero también ofreciéndose para
verticalizar cuando la jugada lo pedía. A los 21 minutos, un zurdazo suyo a
colocar se fue cerca del palo derecho defendido por Sosa.
El bloque de sus cuatro futbolistas ofensivos en
Independiente está compuesto por Sebastián Palacios, Alan Velasco y Andrés Roa
(en el armado de derecha a izquierda); y Silvio Romero como centrodelantero. Y
varios de ellos participaron en la situación más clara del Rojo en la primera
etapa: Palacios usó el pasaje por detrás de Bustos como distracción y metió un
gran centro; el arquero Arias cortó antes de que llegue Velasco, pero el balón
le quedó a Roa, que tocó de zurda al gol... hasta que apareció como “salvador”
Sigali y evitó el tanto del colombiano en la línea del arco. Valió un gol para
Racing el cruce justo del defensor central.
El wing derecho de Independiente volvió a desequilibrar por su sector y mandó un centro excelente para Silvio Romero, pero el capitán de Independiente no pudo impactar la pelota con eficacia. Fue otra chance clarísima para los dirigidos por Julio Falcioni. Y los socios de esta acción serían determinantes para terminar ganando el clásico en la segunda etapa.
El final del primer tiempo (con el reloj adicionando) tenía
guardado otra situación muy clara, pero para Racing. Sebastián Sosa, en gran
reacción, evitó a puros reflejos lo que era el gol de Javier Correa, con un
zurdazo que se desvió en un defensor y que, entre la lluvia y el cambio de
dirección de la pelota, obligaron al arquero a responder con sus mejores
instintos.
Silvio Romero festeja la apertura del marcador durante el clásico de Avellaneda que disputan entre Independiente y Racing Club.
Mauro Alfieri - Pool ARGRA
Independiente salió con todo en el arranque de la segunda
etapa: al minuto tuvo una chance con una volea de Palacios (su jugador más
peligroso) que se fue muy cerca del palo izquierdo de Arias. La acción la había
arrancado Roa desde la izquierda.
Racing contestó enseguida con un zurdazo de arremetida de
Chancalay que dio en el palo derecho de Sosa, luego de una excursión ofensiva
de Lolo Miranda por la derecha. Los dos se aproximaron con peligro desde las
bandas y con centros que eran difíciles de defender.
Falcioni y Pizzi movieron los bancos buscando renovar
energías ofensivas: Gastón Togni ingresó por Roa en el local y Benjamín Garré
sustituyó a Copetti en la visita. Pero Independiente golpeó con dos
protagonistas que ya estaban en el campo de juego: otro desborde de Sebastián
Palacios por la derecha y un centro (en el segundo intento, tras un rebote)
para el cabezazo al gol de Silvio Romero.
Esa anotación desesperó a Racing, que sumó gente en ofensiva
y le dejó espacios a Independiente para que explote el contraataque, una de las
búsquedas que más entusiasman a los equipos de Falcioni. Pero más allá de algún
empuje de la Academia, Independiente terminó ganando bien el partido. Sobre el
final, pese a algún tumulto entre los jugadores, vale destacar a Juan Antonio
Pizzi: una vez consumada la victoria del Rojo, se acercó a Julio Falcioni, le
dio un abrazo y lo felicitó. Podría ser algo normal, pero tratándose de cómo se
viven las rivalidades en el fútbol argentino (y más en los clásicos), es un
gesto para que no pase inadvertido.
Fuente La Nación




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