En el duelo del domingo ante Argentinos, los titulares no
podían encontrarle la vuelta al partido y Julio César Falconi apeló a las
alternativas que tenía en el banco de suplentes, pero un mal cambio perjudicó
al equipo.
A los 20 minutos del segundo tiempo y con el juego igualado
en cero, el Emperador mandó a la cancha a Jonathan Herrera, 9 de área por
Sebastián Palacios, extremo que, si bien no era de lo más claro, le daba mucho
movimiento y opciones de pases a sus compañeros con sus constantes diagonales y
perturbaba a la defensa.
A partir de ahí, el Rojo no volvió a generar peligro al arco
rival. Con dos centro delanteros en el medio se perdió desequilibrio por las
bandas y, si los laterales no son profundos, no se llega al fondo y se tiran
centros para ellos.
Desde lo táctico, el equipo pasó de un 4-2-3-1 a un 4-4-2
con Alan Velasco y Andrés Roa demasiados separados por las bandas, lejos de la
creación, perjudicando la elaboración de juego.
Claramente el Emperador tendrá que trabajar el
funcionamiento de sus dirigidos cuando el Sultán y Silvio Romero coincidan en
el campo para abastecerlos mejor o bien, si no se complementan, tendrá que
jugar uno o el otro y hacer puesto por puesto.
Fuente LxR
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