Rolando Sartorio, cantante de La Beriso. (Foto: Gustavo
Ortiz).
Por Favio Verona
Rolando Sartorio, cantante de La Beriso, recuerda anécdotas
imperdibles de la época en la que jugó en las Inferiores de Independiente. Una
charla a fondo que conjuga fútbol y música.
Jugar al fútbol o ser estrella del rock. ¿Cuántos pibes
habrán anhelado estar en el callejón con esas dos posibles salidas? Los casos
deben ser incontables. Rolando Sartorio, o Rolo para sus amigos, se debatió
entre la guitarra y la pelota en los albores de su vida.
Finalmente se inclinó por la música, pero durante su trayecto por las Inferiores de Independiente conoció a figuras de la talla de Javier Zanetti, Gustavo López y Pablo Rotchen, con quienes integró una inolvidable categoría 73. A los 47 años, los recuerdos futboleros afloran.
Finalmente se inclinó por la música, pero durante su trayecto por las Inferiores de Independiente conoció a figuras de la talla de Javier Zanetti, Gustavo López y Pablo Rotchen, con quienes integró una inolvidable categoría 73. A los 47 años, los recuerdos futboleros afloran.
-Hiciste Inferiores en el Rojo. ¿Ese chico soñaba con ser un
rockstar o con salir al campo de juego?
-No soñaba con nada. El fútbol para mí era una diversión.
Era muy exigente, no me convencía mucho. Por momentos recibía maltratos. Los
directores técnicos en esa época en Independiente eran medio bravos. Yo jugaba
para entretenerme. La exigencia era terrible. Después empecé a tocar con una
banda del barrio. Vi tanta mugre en el fútbol que no quise jugar más.
Rolando Sartorio, de La Beriso (abajo en el medio). En ese
equipo estaban Zanetti, Gustavo López y Rotchen. La foto es en la escalera de
la sede del club en Avellaneda.
-Jugaste al fútbol y tocaste. Es el sueño de muchos en este
país...
-Yo creo que cualquier pibe quiere ser futbolista o músico.
Uno cuando es joven anhela ser famoso de cualquier manera. Pero bueno, se me
dio con la música.
-¿Qué recordás de los cracks con los que te tocó jugar?
-En esa categoría estaban el Pupi Zanetti, Pablito Rotchen,
Gustavito López. Creo que fueron los únicos tres que llegaron a Primera.
Jugaban bárbaro...
-¿Y con Zanetti qué pasó en Independiente? ¿Por qué no
quedó?
-Quedé libre del Rojo el mismo día que el Pupi Zanetti. Y
nos fuimos a probar a otro club. Yo fui a Racing y me dijeron que fuese en
febrero a firmar. Después volvieron a buscarnos de Independiente diciendo que
se habían equivocado. Entonces volvimos con el Pupi al Rojo y cuando se cerró
el libro de pases no sabés lo que pasó...
-¿Qué sucedió?
-Nos volvieron a dejar libres y quedamos un año parados. No
podía entenderlo. Tuvimos mucha mala leche.
-¿Vos viste una mano rara?
-No lo sé. Pero demostraron que les importaban muy pocos los
pibes.
-¿Con el Pupi perdura esa relación?
-Sí, nos hemos visto en Italia. Cuando yo viajé lo fui a
ver. Nos mandamos mensajes y ahora se armó un grupo de WhatsApp con todos los
pibes de la categoría 73 y estamos hablando seguido. La mayoría de los que
están en el grupo se tuvieron que dedicar a otra cosa. El fútbol es muy
ingrato: te lleva toda la adolescencia y aun así quizá no llegás. Y ya está,
tenés que ir a laburar. Muchos dejan el estudio y se les hace difícil. Ahora
estamos hablando sobre lo que hace cada uno. Hay buenas historias.
-¿En ese momento imaginabas que el Pupi iba a ser lo que
fue?
-Era un excelente jugador, pero de estatura era muy, muy
chiquitito. No le dieron la posibilidad de crecer y lo dejaron libre antes de
que pegara el estirón.
-¿Qué similitudes encontrás entre el ambiente del fútbol y
el de la música?
-El del fútbol es complicado, sobre todo en las Inferiores,
donde se juegan otras cosas además de a la pelota. No hay similitudes porque en
la música decide la gente. Vos empezás a tocar por los bares y si al público le
gusta te viene a ver. No deciden ni las radios ni los diarios. El fútbol es
distinto.
-¿A qué jugadores admirabas?
-Siempre tengo el mejor de los recuerdos del Boca de
Maradona. Teníamos un equipazo. Para mí en esa época el fútbol, más que un deporte,
era un juego.
-Hace muchos años el público del rock y el del fútbol eran
muy distintos. ¿Por qué creés que eso cambió?
-Es cierto, ahora se comparte. El rock se “futbolizó”
demasiado. Eso es lo que antes nadie quería que ocurriese. Siempre había
quilombo cuando entraban con camisetas de clubes. La música es otra cosa.
-¿Está bueno que el rock se haya “futbolizado” o no te
gusta?
-No, a mí no me gusta. Porque ibas a algún show y siempre
había despelote. Y eso no estaba bueno para nada.
-¿Qué significado tiene que una hinchada cante una canción
tuya?
-Cuando una canción propia llega al fútbol significa que ya
sos demasiado popular. Está bueno. A mí me pasó. Soy hincha de Boca. Recuerdo
que una vez estaba subiendo por las escaleras de la Bombonera y escuché un tema
mío. Me emocioné. La Beriso tiene un público familiar. Y la cancha también: van
los pibes, los viejos, los padres. Todo el mundo me para.
-¿Algún gesto que te sorprendió?
-La gente se emociona mucho, te abraza, se pone a llorar. Te
habla de las canciones, se sienten identificados. Siempre pasan esas cosas.
Cuando se largan a llorar trato de cortar con algún chiste, con algo para que
se rían un poco y se relajen.
“No llorés, ¿soy el cuco?”, les digo.
“No llorés, ¿soy el cuco?”, les digo.
-Bochini es fanático de la banda. Los va a ver siempre...
-Sí, el Bocha viene muy seguido a ver a La Beriso. Y siempre
pasa directamente al camarín a compartir con nosotros. De hecho el último
Boca-Independiente lo miramos juntos en el palco con Román.
-¿Y cómo surgió esa amistad?
-Creo que a la señora le gustaba la banda y se la hizo
conocer. Apareció en todos lados: Mendoza, Paraná, Tucumán, Misiones. Me invitó
a su palco. He ido a ver un Independiente-Arsenal. El otro día le mandé una
foto a él del año 1985 en la que yo estaba como alcanzapelotas.
-¿Se sorprendió?
-No, el Bocha no se sorprendió. Es serio. Habla medio
cortito. De vez en cuando hablamos por teléfono. Yo soy muy tranquilo. Bastante
parecido al Bocha, medio seco.
-¿De qué hablan?
-Ni de fútbol ni de música.
-La Beriso suena en los vestuarios...
-Sí, yo creo que se debe escuchar mucho rock nacional,
muchas canciones. Pero me han encarado varios jugadores que escuchan La Beriso.
-Existe un partido histórico en los vestuarios entre el rock
y la cumbia.
-Y yo creo que gana la cumbia, eh. Por lejos. Al futbolista
le gusta más la cumbia. No sé por qué. Yo estuve en una comida a beneficio de
Boca, estuve hablando con Carlitos. Todos escuchaban la banda.
-¿Sos muy fanático de Boca?
-No soy fanático de absolutamente nada en mi vida. Mi viejo,
Fernando, sí. Él lloraba por Boca, lloraba cada vez que el equipo salía a la
cancha. Si le decías que un jugador no te gustaba, te discutía.
-¿Siendo tan futbolero él quería que fueses jugador?
-Seee. ¿Sabés cómo me rompía las pelotas? Me decía: “Largá
esa guitarrita. ¿Por qué no te dedicás al fútbol? ¡Con lo que jugás vos!”. Pero
a veces los padres cansamos a los hijos porque queremos que el sueño de uno lo
cumplan los pibes.
-¿Qué hay que tener para llegar en el fútbol y en el rock?
-Constancia y sacrificio. Muchos abandonan por el maltrato.
-¿En el rock tenés que hacer las Inferiores también?
-Sí, claro. Y muchos más años. Vas tocando de bar en bar
hasta que te va viendo gente que no te conoce. A veces nadie te aplaude. A
nosotros nos ha pasado que una noche tocamos para dos personas.
-¿Soñás con tocar en algún estadio en particular?
-Me gustaría tocar en la cancha de Boca. Tiene algo
especial.
-¿Como banda de rock a quién tenías como espejo?
-Uno siempre mira lo más lejos posible. Yo soñaba de chico
con ser los Stones. La Beriso sería como un Boca que ganó mucho e igual lo
critican.
-Y después terminaron siendo teloneros de los Rolling
Stones...
-Sí, eso fue increíble. Estar con ellos, conocerlos. Fue lo
más grande que nos tocó en la música.
-Debe ser como para un jugador entrar a jugar una final del
mundo...
-Sí, y con Maradona.
-¿No te temblaron las piernas?
-Cuando lo vi a Mick Jagger me quedé mudo. Lo único que
querés es observar, mirarlo todo el tiempo. Mientras habla, mientras todo.
Sabés que son diez minutos y que no te va a volver a pasar en la vida.
-¿Y qué pudiste hablar con él?
-La verdad nada porque yo no hablo inglés. Pero ellos te
hablaban, te abrazaban, te tocaban. No sabía ni qué carajo me estaban diciendo.
Pero disfruté mucho. Me llevé un recuerdo para toda la vida.
-¿Lo notaste terrenal?
-No, parecían gente de otro planeta. Fue increíble. Una
experiencia de otro mundo.
-¿Y tocar ante su público fue difícil?
-Eso es muy difícil porque generalmente cuando es en un
estadio, con una banda internacional, el público putea a los teloneros. Pero a
nosotros nos fue bien.
-Tocaron afuera, con los Stones, son reconocidos a nivel nacional.
¿Te queda alguna meta por cumplir?
-Nosotros ya ganamos la Copa del Mundo. Llegar a River, un
estadio en el que en toda la historia del rock nacional tocaron diez bandas, es
ser campeón del mundo.
LOS SIGO A TODAS PARTES
Por Ricardo Bochini
Hace varios años que empecé a escuchar las canciones de La
Beriso. Y me gustó mucho cómo suena la banda desde la primera vez que me puse a
oírla. Tengo los temas descargados en el celular y a veces, cuando estoy en mi
casa o viajo, me pongo a escucharlos porque tienen buen ritmo. Con el cantante,
Rolo, se armó una linda relación. Solemos llamarnos cada vez que hay alguna
situación puntual o alguna ocasión especial. Siempre me trató muy bien y eso me
pone contento. En enero estuvimos viendo el partido entre Independiente y Boca
juntos, en el palco que tiene Riquelme en la Bombonera. Igualmente, a Rolo ya
lo conocía desde bastante tiempo antes. Tuve la suerte de viajar a varios lados
para estar con la banda: fui a Paraná, Mendoza, Tucumán, Misiones. Los sigo a
todos lados. Y ya los invité a todos para que vengan al palco del estadio.
Fuente Olé
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.