Federico Abruzzi, quien supo vestir los colores de
Independiente durante 15 años, realiza ollas populares a pocas cuadras del LdA.
Federico Abruzzi, lateral de 30 años que se desempeña en
Ferrocarril Midland, y supo formarse en Independiente, realiza junto a Iván
Marcone y un grupo de vecinos ollas populares para los vecinos del barrio
Mariano Moreno, a escasos metros del Libertadores de América.
La vida de Abruzzi con Independiente estuvo enlazada durante
15 años en el marco de lo futbolístico. A la edad de seis años se unió a las
infantiles del Rey de Copas y se mantuvo defendiendo los colores durante 15
años, llegando a ser el capitán de la reserva. En el año 2011 se fue a seguir
su carrera en Juventud Unida de San Luis.
En la actualidad, el jugador del Funebrero vive a escasos
metros del Libertadores de América, con su hogar ubicado en la calle Bochini y
es por esta situación que él junto a un grupo de vecinos ayudan a la gente de
su barrio Mariano Moreno, con ollas populares.
Al explicar cómo inició todo, indicó:
“Todo empezó cuando
Ariel Simari y Cristian Guzmán, que son los encargados del club del barrio y
mis amigos, comenzaron a hacer ollas populares. Al principio cocinaban 30
platos y fue ahí que me invitaron a participar. Me dijeron que me sume y,
gracias a contactos que tengo, conseguí que nos donen un montón de alimentos
para poder aumentar el número de personas”.
Y sumó en charla con Infobae en cuanto a la acción solidaria
y como se sustenta:
“Movimos las redes sociales y ahora pasamos a darle de
comer a más 160 personas, tres veces por semana. Damos la cena los lunes,
miércoles y viernes. Antes los hacíamos de lunes a viernes, pero nos dimos
cuenta que el alimento no nos alcanzaba ni tampoco teníamos el tiempo
necesario. Ahora, cocinamos esos tres días y el resto tratamos de darle una
bolsa con alimentos para que se lleven a sus casas”.
Y detalló al concluir:
“También donamos ropa, abrigo y
zapatillas. Son familias muy numerosas y necesitadas.Tratamos de tomar todas
las medidas de higiene y distanciamiento. Estamos bien organizados y repartimos
todo. Sabemos que es un riesgo el que corremos, pero es más grande nuestras
ganas de ayudar. Vemos que la gente se va contenta.
“Cada vez tenemos más gente
y queremos poder darles de comer. Está difícil la calle.Nosotros nos vamos muy
contentos después de una jornada de olla”.
Fuente Infierno Rojo
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