Sigue la polémica por el armado del seleccionado nacional en
el mundial de Rusia 2018. El comentario del entrenador Jorge Sampaoli al
capitán argentino Lionel Messi, durante el partido contra Nigeria sobre el
ingreso de Sergio 'Kun' Agüero, sigue dando la vuelta al mundo, logrando
críticas de muchos hinchas, periodistas y dirigentes pero, ¿qué tiene de malo
que un recién llegado DT se apoye en el capitán del grupo y mejor jugador del
mundo para armar esquema, equipo y estrategia, sabiendo que lo que probó hasta
ahora no funcionó? Messi, por su parte, sigue batiendo récords.
Resultan insólitas las críticas que recibe el DT Jorge
Sampaoli por el armado del seleccionado, apoyándose en el mejor jugador del
mundo.
Quienes practicaron la profesión, aunque haya sido por poco
tiempo, saben bien que es normal que el entrenador establezca un vínculo de
confianza con los integrantes del equipo y aún más con el capitán, quien muchas
veces hace de puente entre lo que le pasa a X jugador y quienes dirigen.
Es que en un grupo de personas tan grande y con tanta
presión siempre surgen chispazos, bajones anímicos, superaciones y pensamientos
positivos, por lo que el líder entre los pares puede ayudar mucho en la
filtración de información. No es descabellado pensar que uno de los integrantes
prefiere reservarse alguna incomodidad o problema personal para evitar
decisiones futuras de Sampaoli, en este caso, pero comentarlo con algún
compañero.
Está claro que ante Islandia y Croacia quien armó el equipo
y la táctica fue Sampaoli. No funcionó. También está claro que para Nigeria las
decisiones fueron consensuadas con Messi "y los pibes"; sus amigos en
el seleccionado. Y funcionó.
Ahora bien, ¿qué tiene de malo que el capitán intervenga en
el armado del equipo y se ponga de acuerdo con el técnico para hacer un cambio,
siendo que es él el que está adentro de la cancha y puede llegar a tener en
mente algo que Sampaoli no? Si funcionó la sociedad Sampaoli-Messi en la
previa, ¿por qué romper todo en medio del partido? Después de todo, el DT
también es parte del equipo.
Pareciera que el videíto, y el empeño de TyC Sports por
dejar mal parado al árbitro, encubre otro objetivo. Una maniobra de la que
Urgente24 prefiere desprenderse porque, como señaló el diario La Nación días
atrás, esto ya se parece más bien a un Golpe de Estado, salvando las
distancias. Obvio. No vaya a ser cosa que el minuto de silencio termine siendo
para otros.
"A veces el ego del entrenador no deja comprender lo
que piensa el jugador", reconoció en conferencia de prensa, el oriundo de
Casilda, tras el triunfo ante Nigeria que logró la clasificación a octavos.
Por su parte, Messi volvió a brillar como lo venía
reclamando la sociedad. De hecho, logró otro récord: El rosarino llegó a las
107 gambetas completados con éxito entre las cuatro ediciones en las que ha
participado. Una cifra que lo llevó a superar Maradona (105), convirtiéndolo en
el jugador que más gambetas hizo en la historia de los mundiales desde el año
1966, tal como recuperó L'Equipe.
Mesa chica
Interviniendo en la formación del equipo y en las sociedades
dentro del campo de juego, el 10 indiscutido logró buenas jugadas y
asistencias, tal como se vio a lo ancho y largo de la cancha entre todos los
jugadores. Por momentos, Argentina fue una cadena de pases, toques y bloques que
lograron superar incluso el trago amargo por el penal de Javier Mascherano.
La apuesta por Banega en el mediocampo para unir todos los
pedacitos, "a lo Gago", asistiendo a Messi de una manera formidable
para que la duerma en su muslo como un padre a su bebé antes de ir a la cama
para luego definir de derecha, merece este párrafo aparte.
El desempeño del defensor Marcos Rojo cerró el plan ideado y
trabajado ni bien terminó la goleada que se comió Argentina frente a Croacia.
Es importante tener a un rebelde en las jugadas peligrosas para el rival. No
importa quién sea. Alguien tiene que estar para sorprender. Generalmente, ocupa
ese lugar quien se siente más confiado anímicamente ante el desafío. No se
trata de fútbol. Va más allá.
No fue Messi. Fue su mesa chica, integrada por Rojo, Di
María, Higuaín, Mascherano, Agüero y Biglia, quienes logran que Messi funcione.
Que el equipo funcione.
Si así se llegó a la final en Brasil 2014, por qué no
intentarlo una vez más.
Fuente Urgente 24
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