"La gente que toma decisiones no está capacitada",
ataca el ex zaguero de la selección, que reclama un fuerte recambio
generacional; "No disfruto nada de ser técnico", jura el conductor de
Argentinos
Por Cristian Grosso
Heinze. Foto: LA NACION / Hernán Zenteno
Vivió en Lisboa, París, Manchester, Madrid, Marsella y Roma.
Lo dirigieron Alex Ferguson, Fabio Capello, Didier Deschamps, Marcelo Bielsa y
Luis Enrique. Fue compañero de Messi, Cristiano Ronaldo, Ronaldinho, Roy Keane,
Raúl, Paul Scholes, Iker Casillas, Robinho, Ryan Giggs, Van Nistelrooy, Sergio
Ramos, Rooney, Sneijder, Drogba, Anelka, Gerard Piqué, Robben, Totti... Pero
eligió encarcelar los recuerdos. Subido a la ilusión de su Argentinos Juniors,
el recorrido federal de la B Nacional ya hizo escalas en Tucumán, Jujuy,
Corrientes, Tandil, Campana, Gualeguaychú... un mundo de contrastes. ¿Qué le
sucede al impenetrable de Gabriel Heinze frente a un escenario tan diferente?
"Pero eso es muy fácil de contestar... Primero, porque no comparo esos
mundos, y segundo... sabía dónde me metía. Siempre tuve claro que un lado roza
la excelencia y en el otro hay que pelear desde muy abajo", aclara. Y se
zambulle en una charla a la que no le falta profundidad ni tensión. A Heinze no
lo inquietan las derivaciones de sus palabras ni los enemigos, sólo la paz de
su conciencia.
-¿Qué ves cuando recorrés el país?
-En primer lugar me da mucha tristeza. Yo no sabía..., nunca
viví esta parte del fútbol. Veo muchos chicos a los que les falta ser mimados,
les faltan muchas herramientas para dedicarse a esta profesión. En los
alrededores, tanto conductores como mucha gente que debe tomar decisiones no
están capacitados. Hay muchas deficiencias en todo sentido..., en la
infraestructura ni que hablar. Estamos muy lejos de hacer algo bueno. Y me pone
muy triste. El fútbol es un gran negocio, siempre se les exige a los jugadores,
a los entrenadores, y no reniego de eso, está muy bien, pero nunca se les exige
a los que toman decisiones. Donde nunca avanzamos es ahí, en la gente que toma decisiones.
Son incapaces; es más: estamos cada vez peor.
-En una entrevista con LA NACION en enero de 2014,
alertaste: "El fútbol argentino va por muy mal camino". ¿La realidad
superó tus previsiones?
-No sé si lo veía venir, no importa si Heinze acertó o no,
no me interesa ese mérito... Pero hoy es una realidad.., es una tristeza.
Nuestra desorganización es tremenda. Hubo un tipo, una persona, Grondona, que
manejaba todo. Se fue, y todos los demás durante esos años no hicieron
absolutamente nada. El derrumbe es exclusivamente culpa de los dirigentes.
-Los dirigentes son los mismos de siempre...
-Con estos dirigentes el fútbol argentino no tiene
escapatoria. Y se lo he dicho a ellos. Todo evolucionó en el mundo, todo
cambió..., ya basta, tienen que entender que debe venir gente nueva, gente
joven. Gente con otras ideas, gente que ha vivido otras cosas... No sé si esa
gente está, y ése es otro problema. Todo cambió... menos ellos. Hoy no le podés
sacar el celular a un futbolista, al contrario: le mandás videos por WhatsApp
porque así te asegurás de que vea lo que querés. Entonces ya está, si todo
cambia, a nivel dirigencial también se debe cambiar.
-Pero los ex futbolistas son cómodos, nunca se involucran.
-No, para nada. No estoy de acuerdo. Lo que pasa es que
chocan con esta gente que tiene todo armado y no quiere que venga alguien a
sacarles el lugar. ¡No se quieren ir! Conozco mucha gente del fútbol que quiere
cambiar las cosas, pero no la dejan. Esta gente hace mucho tiempo que está, y
cuando viene alguien de afuera, ellos son muy hábiles, se juntan y empiezan a
trabajar para que el nuevo no tenga poder de decisión. ¿Entonces qué hace ese
ex futbolista? Se termina yendo. Si a vos te contratan y te dicen que vas a
tomar las decisiones, pero ante la primera que tenés que tomar descubrís que ya
la tomaron ellos, ¿qué vas a hacer, quedarte? No. ¡Te tenés que ir! Nadie puede
convivir con esta gente.
-¿Qué opinás del Comité de Regularización?
-No tengo nada para decir.
-¿Cómo ves a la selección en la ruta a Rusia 2018?
-Sufro, sufro como un hincha más. En realidad un hincha con
privilegios, por saber todo lo que está pasando ahí. Y sufro por algunas
críticas, y más si esas críticas vienen de los supuestos Nº 1 del periodismo.
Lo único que hacen es meterle mentiras a la gente en la cabeza. Es cierto que
en muchas ocasiones el futbolista no ayuda, porque no cuida límites que
tendrían que ser sagrados y eso le da pie a determinada gente para opinar de
sus vidas privadas... Futbolísticamente no me preocupan estas seis fechas que
faltan de las eliminatorias porque cuando Argentina tiene que sacar puntos lo
hace. Conozco a estos jugadores y sé muy bien qué clase de personas son, pero
también digo que todo equipo necesita herramientas para poder ganar partidos...,
hay un entrenador que han elegido los dirigentes y hay que apoyarlo.
-¿Bauza les ofrece todas las herramientas?
-Sí, sí..., si lo han elegido.
Heinze. Foto: LA NACION / Hernán Zenteno
-¿Sufren estos futbolistas?
-Por más que yo te lo explique... la persona que quiere
entender entiende. La persona que quiere destruir destruye. El maltrato que yo
recibí como futbolista me sirvió mucho para saber cuál es el camino correcto:
exactamente el contrario al de esa gente que vivía de la descalificación, la
burla y los rumores irrespetuosos.
-Ahora, desde la dirección técnica, ¿cómo te vinculás con
los futbolistas?
-Cuando empecé como entrenador quería ser distante, estar
muy lejos del jugador. Pero aprendí que estaba equivocado, hay que estar cada
vez más cerca porque tienen muchísimos problemas. El entrenador no debe
solamente dar indicaciones, hoy hay que hacerse cargo de muchas más cosas. Hoy
los chicos te necesitan cerca, te piden constantemente consejos. Y mucho más si
el chico crece; valora que vos le dediques tiempo y te pide más.
-¿No es una generación desinteresada?
-Hay de todo. Hay veces que vienen directamente a pedir un
consejo y en otros casos vos te tenés que dar cuenta de que te necesitan.
-¿Te preguntan temas futbolísticos o de la vida?
-Ambas cosas. A veces me tomo el atrevimiento de darles un
consejo sobre cosas que exceden una cancha de fútbol. A veces veo que hay
decisiones que el chico no toma porque nadie le avisa ni le explica.
"Mirá, ahora tenés que irte a vivir solo con tu señora porque tenés un
hijo, no significa que te vayas lejos ni dejes a tu familia, pero tenés el
privilegio de dedicarte a esta profesión y tenés que vivir mejor", le
digo. Todos los entornos le dicen "claro, se va porque está agrandado".
No es así. No se va a olvidar de sus papás ni de sus abuelos, pero ya no puede
vivir con 10 personas en una casa, ahora debe cuidar el descanso, la comida, la
concentración... Hay un montón de detalles, de requisitos, que los chicos ni los
saben.
-¿En qué los notás más desorientados?
-Muchos jugadores no saben de qué se trata esta profesión.
Ellos saben que tienen que pegarle a la pelotita, pero no saben que en
determinado momento deben hacerlo de una manera, o que ante cierta distancia
convendrá hacerlo con el empeine o con el borde interno... Ellos no saben de
qué va esta profesión, se requieren cosas más importantes que pegarle a una
pelota: hay momentos para todo, pero principalmente te tenés que cuidar, es una
carrera muy corta esta... No te alcanza con ser bueno futbolísticamente, ser un
profesional es mucho más amplio.
-¿Lo entienden?
-Cuesta... pero cuando ven que hay un cambio en ellos
escuchan más, preguntan más. Se dan cuenta, sólo que este deporte debe
acompañarte con los resultados para que ellos digan "uhhhh, este loco
tiene razón". Yo prefiero decirle a un jugador que no lo voy a tener en
cuenta antes que tenerlo cinco meses a la sombra. Claro, primero dirán que soy
malo, insensible, pero es de la única manera que entiendo la vida y me siento
tranquilo.
-¿En Argentinos Juniors sos entrenador, padre, psicólogo...?
-No. Todo lo que hago lo hago porque lo siento. Y no hago
ab-so-lu-ta-men-te nada por obligación.
-¿Como llevarte a un chico a tu casa para que coma mejor...?
-... Hago todo porque lo siento y si puedo ayudar o dejar
algo, bienvenido sea.
-¿Vas a estar al frente de Argentinos el 3 de enero?
-Faltan muchas cosas en un club que está muy mal... pero no
voy a hacer más hincapié porque todos ya lo saben. Estoy pensando en cómo
pelear contra todas estas cosas..., hay cuestiones a las que no les encuentro
la vuelta y a otras sí.
A los 38 años, la preocupante visión de Heinze: "Muchos
jugadores no saben de qué se trata esta profesión"
A los 38 años, la preocupante visión de Heinze: "Muchos
jugadores no saben de qué se trata esta profesión". Foto: Hernán Zenteno
-Pero hay cuestiones que exceden tu función.
-Bueno, me quedaré en mi casa, yo voy por todo o nada. Desde
mi lugar de trabajo quiero solucionar todo.
-Pero si te fueras, ¿no le fallarías a un plantel de pibes
que desde hace cinco meses cree en vos?
-Ellos son la fuerza más grande que tengo para continuar.
Pero también sé que desde el momento en que al futbolista no lo ayudás a ganar
ya no existe más esa relación de dependencia.
-Siendo tan temperamental, nunca reaccionás contra los
árbitros. ¿Autocontrol?
-Es una tarea muy complicada y están bajo presión. Y no
tienen todas las herramientas para trabajar mejor: van al interior y no hay
cuarto árbitro, no se pueden comunicar entre ellos, no tienen buenos
vestuarios, deben pasar entre la gente, tienen sólo dos policías para
cuidarlos... un desastre. Si después se equivocan, ¿qué voy a hacer yo, ir a
meterles presión? Es una tontería. Mejor trato de ayudar a un jugador mío para
que tenga otra ocasión de gol.
-Después de esta experiencia en Argentinos, ¿saldrás
fortalecido como entrenador?
-Seguro que sí..., si me decido en el futuro a seguir en
esta profesión.
-¿Y por qué dejarías de ser técnico?
-Porque no se disfruta. No disfruto nada.
-¿Es el contexto del fútbol argentino que te ahoga?
-No... es personal. Es mi persona. Hay gente que sí disfruta
la función, hay gente que en uno o dos partidos ve todo del rival y a mí lleva
entre cinco y ocho. Quizá cuando sea más grande pueda disfrutar más, a mí me
encanta el fútbol, pero esta vida yo no sé si la voy a poder seguir
sosteniendo.
-¿Y a qué te dedicarías?
-Hay mil cosas para hacer, millones... el problema soy yo si
me quiero abrir a esas cosas.
-¿Hacés o hiciste terapia?
-Cuando dejé de jugar...
-¿Y ahora? ¿Te ayuda?
-Ayuda, sí. Pero ahora no hago..., hablo por ahí con el
psicólogo del club... Pobre hombre, me cuentan que lo estoy volviendo loco.
Póquer de oro
Compañeros y celebrities
Heinze compartió equipos con cuatro Balones de Oro.
"Cristiano Ronaldo tiene una rigurosidad y una autoexigencia envidiables;
es un obsesivo y hasta que no logra el objetivo que se puso en la cabeza no
deja de intentarlo. Leo es inexplicable; futbolísticamente no es de este
planeta, y como persona lleva una vida tan tranquila que ahí también es
admirable. Ronaldinho es pura risa, de su vida hizo su fútbol; si no estaba
contento no jugaba bien, y si era feliz la descosía. Y Fabio Cannavaro es un
tipo con muuucha personalidad, un atleta, un profesional 24 horas."
Fuente Cancha Llena
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