Sebastián Sosa fue uno de los puntos altos de Independiente
en el último año, siendo un habitué bajo los tres palos del Rey de Copas, con
un Julio César Falcioni que le depositó la confianza y este no falló. El Uruguayo finalizó su préstamo con el Rojo y debería volver al Mazatlán de
México, dueño de su pase, pero hace fuerza para que esto no pase.
El arquero es consciente de que para hacerse con su pase
desde Avellaneda tendrían que abonar algo más de 900.000 dólares, una cifra que
el club no estaría en una posición favorable para afrontar. Sosa hace lo suyo
para romper su lazo con la entidad Mexicana y seguir su camino. Al interés del
Rojo también se suma el de Peñarol de Uruguay, club que lo vio nacer y del que
es hincha.
El entrenador del Carbonero tuvo una reunión con él para seducirlo, Ignacio Ruglio, presidente de la institución se refirió a esto y marcó:
«El jugador está con ganas de venir. Peñarol no pone dinero, paga buenos
salarios y paga en fecha», pese a esto, el sueldo ofrecido desde Uruguay es muy
inferior al que le otorgaría Independiente.
De este modo todo queda en stand by hasta que el golero
resuelva su situación contractual con el Mazatlán que hasta el momento se
muestra indulgente. De terminar todo en una interrupción de contrato daría la
potestad de negociar con el pase en su poder a quién integra la nómina de
convocados para los próximos amistosos que disputará la selección de Uruguay.
Fuente Infierno Rojo
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