Independiente pecó de poco profundo contra Lanús. Lo mismo
que le pasó con otros rivales como Platense o Atlético Tucumán, que se
replegaron atrás, le sucedió esta vez con el Granate. El Rojo tiene la pelota,
propone, pero no lastima, y se le escapan puntos importantes en la lucha por el
campeonato.
Uno de los futbolistas en ataque al que se nota impreciso,
es Alan Velasco. El juvenil es de lo mejor que tiene el más grande, de eso no
hay dudas, pero pierde pelotas que bien podrían terminar en algo mejor. Casi no
evalúa opciones de pase, y abusa mucho de la individual, siendo que el rival
suele adivinar y quitársela.
La Joya dio 29 pases, de los cuales acertó 22. Apenas hizo
tres regates, y pateó tres veces al arco. En un encuentro que necesitaba de más
centros debido al cerrojo que había puesto la visita abajo, el delantero no
intentó absolutamente ninguno, algo que tal vez habría cambiado el rumbo del
encuentro. De hecho, una pelota aérea suya derivó en el gol de Fabricio Bustos
a River, por lo que no se comprende que no haya hecho lo mismo contra Lanús.
Está claro que Velasco se ganó la titularidad merecidamente,
porque su atrevimiento también les cuesta amonestados a los rivales (con el
Granate, por ejemplo, recibió cuatro faltas, e hizo que sancionen a Jorge
Morel). Sin embargo, tiene que pulir más la inteligencia a la hora de decidir,
ya que pierde pelotas en las que, de pensar mejor, podría aportarle más al
ataque. Tiene crédito de sobra, ojalá que lo aproveche.
Fuente Infierno Rojo
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