Por Matias Flores
Como ante cada comienzo de semestre el DT intenta construir
un mediocampo con mayor volumen de juego.
Con la espalda que él mismo se fue construyendo, el
entrenador Ariel Holan continúa en la búsqueda de lo que le falta para
completar, quizás, su mejor obra.
Independiente es hoy un equipo con identidad futbolística.
Algunos partidos seguramente son mejores o peores, pero se entiende lo que se
intenta. Sin embargo, desde su llegada al club Holan prueba incasablemente su
idea madre: un mediocampo triangular donde solo exista un 5 vocacionalmente
defensivo y dos creativos con solidaridad en el retroceso.
El futbol moderno, de alta competencia, dio pruebas
sustanciales de las posibilidades que brinda esa disposición. Pero aquí, por lo
menos en Independiente, aún no ha dado frutos en lo que a volumen de juego se
refiere.
Defensor a ultranza de ese mediocampo fue Gabriel Milito,
que insistió incluso sin contar con los nombres adecuados para hacerlo. Pero
Holan, pareciese que no comete ese error. Fue pidiendo jugadores, en cada
mercado de pases intentó que le trajeran las piezas para esa estructura.
Y puede ser que, finalmente, ha conseguido contar con los
interpretes adecuados. Nombre más, nombre menos, tiene las características para
que funcione. Necesitará de tiempo, el aporte individual de los jugadores y, en
el peor de los casos, resultados positivos que le den el margen para afianzar
la idea y les brinde a los jugadores la confianza para llevarla a cabo.
Ha ganado lo que tiene el entrenador y, lejos de quedarse
con lo seguro, busca darle ese salto de calidad, ese volumen de juego con
tenencia, rotación y alternativas en las que cree firmemente para que
Independiente continúe siendo protagonista.
Fuente Más Rojo

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