Toda una generación de hinchas de Independiente verán al Rey
de Copas en Octavos de Final de la Libertadores por primera vez. La emoción es
incontrolable y el corazón bombea más rápido.
Desde que nos pusieron la primera camisetita roja
incorporamos el orgullo de sabernos los más ganadores del continente. Las
canciones de cancha que nos enseñaban sólo estaban vinculadas con el triunfo,
la conquista, el buen fútbol, el paladar negro y la envidia de los demás.
Tuvimos el pecho inflado para culminar cualquier discusión futbolera en el
colegio con un lapidario: “…pero yo tengo 7 Libertadores”.
Pasaron letargos eternos, equipos que no nos representaron
en absoluto, lágrimas, angustias, festejos ajenos, desvalorizaciones y burlas.
Sin embargo, el as bajo la manga siempre fue esa bendita pieza de plata con el
muñequito arriba y siete chapitas nuestras abajo, en la base de madera.
El amor incondicional y extremo por algo que prácticamente
no conocimos, pero que nos contaron minuciosamente los más grandes, al punto de
sentir el corazón palpitar más rápido cada vez que nombran a ese trofeo
incomparable. Lo hicimos nuestro, porque también nos pertenece aunque jamás lo
vimos. Es parte de nuestra historia pasada, presente y futura, como si
hubiésemos nacido con ese gen adquirido.
El escudo que llevamos a la izquierda y esa copa van de la
mano, como íbamos de la mano de nuestros viejos por Alsina, hasta meternos en
esa mítica Doble Visera que extrañamos todo el tiempo. O como cuando nos
sentaban bien cerquita para prender el televisor y unirnos 90 minutos, como con
ninguna otra actividad. El Rey de Copas tatuado a fuego en nuestro ADN, con la
pera bien en alto, mirando a todos desde arriba.
Hay un grupo innumerable de chicos y chicas que el próximo
martes vamos a gritar más fuerte, a saltar más alto, a aplaudir con más ganas y
a llorar mirando al cielo, agradeciéndole a alguien el poder estar viviendo lo
que siempre nos relataron. La noche de copa más linda. ¡Independiente vuelve
Octavos de Final de la Libertadores después de 23 años! Para mi generación, la
de veintipico o menos, será el partido más importante de nuestra historia.
Fuente Infierno Rojo


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