El defensor sabe que no va a tener muchas chances de jugar
el año que viene y no seguiría. Nacional de Montevideo quiere llevárselo.
Los hinchas no quieren que se vaya del Rojo.
Por Favio Verona.
Sólo la clasificación de Independiente a la Libertadores
podía asegurar su permanencia. El Rojo quedó en las puertas de la Copa frente a
Racing y Mauricio Victorino no sabe qué va a ser de su futuro. El defensor sabe
que, como el equipo deberá afrontar sólo una competencia en la primera mitad
del año que viene, va a tener aun menos posibilidades de jugar que en el último
semestre. A los 33 años, mientras comienza a aproximarse al crepúsculo de su
carrera, la prioridad del central es tener continuidad para no perder ritmo de
competencia.
Mauricio Pellegrino ya le avisó al uruguayo que no está en
condiciones de garantizarle rodaje. Es que la dupla que conforman Pellerano y
Cuesta se consolidó en la zaga desde la llegada del Flaco. De hecho, el club le
compró a Arsenal el 50% restante del pase de Víctor. Y el técnico no quiere
comprometerse a tener que concederle minutos al defensor ya que sabe que si lo
hace será preso de sus palabras.
Como advierte que no va a jugar con mucha frecuencia, la
idea de Victorino es buscar otro destino, aunque con una condición: no está
dispuesto a alejarse mucho de Montevideo, la ciudad en la que reside su
familia. La dirigencia de Independiente quiere retenerlo porque considera que
no va a ser sencillo conseguir un central con tanta jerarquía y experiencia,
pero el contrato del charrúa caduca el 31 de diciembre y ya está analizando
propuestas. Muchos hinchas del Rojo expresaron su disgusto por la inminente
partida de Victorino en las redes sociales (Ver El termómetro popular ).
En enero, cuando arribó a Avellaneda, varios criticaron su
desembarco ya que venía de jugar apenas un puñado de partidos en Cruzeiro por
una doble rotura del tendón de Aquiles derecho. El defensor tuvo un rendimiento
aceptable con Jorge Almirón y levantó su nivel en la segunda parte del año,
luego de completar la pretemporada de invierno. Pocos encuentros le alcanzaron
para exhibir su voz de mando y ganarse a los hinchas. “Todavía no sé qué
decisión voy a tomar después de diciembre”, había expresado pocos días antes
del partido revancha ante Racing. El zaguero ya tiene un pretendiente. El
entrenador de Nacional de Uruguay, Gustavo Munúa, les pidió a los directivos
que hagan lo posible para que la Navaja vuelva al club de sus amores.
No brilló en el Rojo. Tampoco ganó títulos, pero sí el
respeto de la gente. Y esa fue su victoria.
Fuente Olé

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