Por Martín Rubino
Enrique Berenstam, más conocido como Quique, junto a su
nieto emocionaron a todos con un abrazo que se hizo viral.
Una imagen, a veces, vale más que mil palabras. Sin lugar a
duda, la victoria de Independiente ante Tigre por 2 a 1 fue un desahogo total.
Entre todas las imágenes que captó la televisión hubo una que se llevó todos
los focos y que emocionó a todos los hinchas de Independiente y del fútbol en
general.
Cuando Cauteruccio puso el pie y le dio la victoria al Rojo,
el reloj marcaba 49 minutos con 35 segundos. El grito de gol inundó el
ambiente, pero también hubo lugar para la emoción. En un momento de tanta
turbulencia como el que atraviesa el club, este triunfo fue una bocanada de
tranquilidad y felicidad momentánea.
Enrique Berenstam, más conocido como Quique, es socio de
Independiente hace casi 47 años. El junto a su hijo, Mariano, y el hijo de este,
Mateo, se hicieron presentes como cada vez que juega el club de sus vidas. Y es
que el fútbol no conoce de fronteras ni de edades, sólo de pasión y un sinfín
de sentimientos.
Quique, de 74 años, y Mateo, de 7 años, se fundieron en un
abrazo interminable y más que emotivo cuando Cauteruccio definió el encuentro.
La emoción fue indisimulable y logró muchísima viralidad en redes sociales.
InfiernoRojo se comunicó con Quique para conocer su
vinculación con el club y poder tener más detalles de los protagonistas detrás
de la imagen del fin de semana.
“Debo ser socio hace alrededor de 47 años. No soy vitalicio
porque tuve una interrupción de un año”, contó acerca de su vínculo con el
Rojo.
“Estamos yendo, por primera vez, esta temporada a platea.
Estamos sufriendo como todos los hinchas de Independiente lo que nos está pasando y
tratando de salir tanto en fútbol como con las deudas”, comentó.
“Mi nieto y mi nieta van a la escuela de independiente. Mi
nieta mayor va al secundario y para mí, como para mi familia, es la familia. En
el club, mi hijo hizo parte de colonia, parte de diversión fue siempre, o sea,
fue parte de la vida de él y nuestra”, detalló.
Y continuó:
“El club es todo. Es la historia que nos ha acompañado, que
forma parte de nuestra vida, que es el complemento de la vida cotidiana y que
en épocas pasadas nos ha dado muchísimas copas. Esperemos que comencemos a
tener el mismo empuje que teníamos antes”.
La historia de Quique y su nieto tomó relevancia, pero su
forma de quebrarse y emocionarse representó un poco el momento que atraviesa
Independiente. El equipo de Zielinski comenzó a mostrar signos de recuperación
y, poco a poco, el clima mejoró. Más allá de los resultados, lo que está claro
es que el hincha está y estará siempre dejando la vida por su pasión.
Fuente Infierno Rojo
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