Por Andres Morando
¡Bien! Aunque esta victoria se haya logrado con apenas el
66% de la temporada disputada -aún restan 11 partidos-, fue muy oportuna.
Por varios motivos: 1) la recuperación anímica del equipo
tras la batalla de Porto Alegre; 2) la sonrisa de Martín Benítez, joya del
club, que ya fue decisivo para salir campeón (golazo ante Atlético Tucumán por
la Sudamericana); 3) el regreso al triunfo en casa por la Superliga, tras aquel
clásico con River ; 4) la expectante posición en la tabla -aún se debe
enfrentar a San Lorenzo- y una efectividad del 60% en el torneo local y 5) el
inesperado -y saludable- nivel del Burrito Martínez.
Todo fue producto de una nueva versión mix del CAI, que ayer
nos mostró que había que volver a abrevar en las fuentes del fútbol ofensivo
(como en la ida ante Gremio). Y si bien en toda la tarde fue superior a
Banfield, lo cierto es que para afirmar lo exhibido en el juego, es
imprescindible que entren las que ya no podemos errar (ejemplos: las de Figal
solo ante un arquero entregado -15’ ST-; Fernández entrando por el segundo palo
a los 25 ST y la de Gigliotti en el final). De todos modos, se edificó una
sólida actuación.
Y el clima en las tribunas del LDA reflejó cuanta banca
tienen los campeones: aplausos para todos y ovaciones para Martín y Nico.
Ahora, comenzaremos a escribir la historia en nuestra
vigésima participación en la Libertadores, o Nuestra Copa. Y en la primera
parada será fundamental sumar tres puntos en Venezuela, en virtud de un fixture
complejo por la jerarquía de los rivales.
Por eso, y sin subestimar al Lara, no los perdonemos. Y
dejemos en claro quien vuelve a jugar la Copa.
¡Al ataque muchachos!
Fuente Clarín
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