Por Nahuel Lanzillotta
Se va un 2023 negro en lo deportivo y sin nada que festejar
para Independiente, pero que siempre quedará grabado a fuego por la gesta de
sus hinchas.
El 2023 no será recordado en Independiente por un año
positivo en lo deportivo. Todo lo contrario. Tras una campaña de descenso en la
primera parte, recién el alivio llegó al final de la mano de Carlos Tevez,
aunque no alcanzó para animarse a más. Tampoco será recordado por logros
significativos a nivel institucional, aunque se celebre al fin la salida de la convocatoria
de acreedores. El 2023, sin duda alguna, quedará en la historia del Rey de
Copas como el año en que su gente lo sacó del pozo.
El pueblo rojo se unió detrás de una causa común. No era un
torneo. No era una Copa. No era votar a tal o cual candidato. Esa causa estuvo
por encima de todo: salvar a Independiente. Los simpatizantes pusieron el pecho
-y el bolsillo- para desatar un nudo que tenía al Diablo maniatado en todo
sentido.
Independiente debía levantar la maldita inhibición del
América de México por el pase impago de Cecilio Domínguez. Más de 6 millones de
dólares (intereses incluidos) es lo que había que abonarle a los
norteamericanos. Esa plata no estaba en la caja del Rojo. Y, a partir de una
iniciativa del influencer Santiago Maratea, los hinchas entendieron que, más
allá del enojo por los dirigentes de la gestión pasada que llevaron a esta
situación límite, debían hacer algo.
El equipo no encontraba el rumbo deportivo y se acercaba
peligrosamente a la zona roja de la tabla anual. No se podía realizar
incorporaciones y el presidente electo, Fabián Doman, renunció de la noche a la
mañana. El caos nuevamente se apoderó del club. La salida era una sola:
destrabar la deuda con el América para empezar a subir.
Y ahí, entonces, se vio el mayor acto de amor de la historia
del club de Avellaneda. Su gente puso hasta lo que no tenía en una colecta
masiva para juntar más de 3 millones de dólares en un contexto socio-económico
del país realmente angustiante. Se vieron actos movilizantes como chicos
donando la plata que habían ahorrado para comprar sus primeros botines, abuelos
depositando su jubilación, ex jugadores organizándose para aportar lo suyo, sorteos,
subastas, entre otras historias increíbles.
Los hinchas de Independiente, en apenas un par de meses,
lograron lo que ninguna dirigencia. Recaudaron la mitad de la deuda. Eso, más
un millón de dólares que puso el club con recursos propios, permitió volver a
recuperar el dialogo perdido con los mexicanos y acordar un plan de pagos por
el monto restante, que se está cumpliendo.
Así, el Rojo pudo traer refuerzos y utilizar sus recursos en
abonar otras deudas. Independiente todavía no está saneado. Tiene un pasivo de
26 millones de dólares y en 2024 tendrá que afrontar pagos de deudas por más de
7 millones de dólares. Pero sin dudas que la gesta de los hinchas fue el primer
paso para poner de pie nuevamente a este Rey que quedó de rodillas con administraciones
lamentables.
Se va un año duro que no tendrá ningún registro en la rica
historia roja por sus títulos, aunque sí deberá quedar para siempre presente en
la memoria de todo el pueblo independentista para nunca dejar de lado que, pase
lo que pase, el club es de los socios y lo salva su gente.
Fuente Infierno Rojo
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