Por Guido Sacarelo
A lo largo de los años hay gestos nobles y otros, que por el
contrario, son lo opuesto. En el fútbol, hay casos en los que esto pasa con
protagonistas puntuales, teniendo hoy que citar a Leandro Fernández.
Independiente es un club el cual hoy por hoy se ve en un
contexto completamente desfavorable, en el que lo deportivo es malo y lo
institucional aún peor. Si bien la llegada de una nueva comisión directiva, la
que aborda los temas y da una luz de esperanza en este inicio, la preocupación
impera por el futuro. Entre todo el mal contexto en el medio aparecen
situaciones puntuales como la de Leandro Fernández, quien decidió marcharse del
club por segunda vez de manera libre.
Esto se agrava al hablarse de un reincidente, por el que
desde el Rojo se decidió dejar en el pasado su error y aceptar su vuelta. El
futbolista demostró buenos niveles en el equipo, convirtiéndose en la figura de
un plantel que no mostraba un gran brillo, dejando claro ser un gran
profesional. No obstante, esto se ve opacado por su postura final, en la que
decide irse del Rojo de manera libre, dejando nuevamente rota la relación con
los hinchas.
Lógicamente que esto es un trabajo, teniendo la realidad
económica no solo del club sino del país como una traba y siendo lógica la
postura de buscar nuevos rumbos afuera, pero siendo triste del modo que ocurre
y al ser un manejo ya mostrado. Por fuera de este salto, para él y su familia,
queda de manifiesto algo; la manera en la que pagan algunos protagonistas al
esfuerzo que hacen los clubes por ellos, en instituciones que son utilizadas y
lejos de retribuirle son dejadas tiradas cuando llega un mejor postor.
Esta conducta no solo hay que marcarla en el ex Godoy Cruz e
Internacional entre otros, sino varios otros ex Rey de Copas y jugadores de
nuestro fútbol. Sin dudas que los destratos quedan en el foco de las opiniones,
con jugadores que se olvidan que detrás de ese escudo hay millones de personas
apasionadas que viven y respiran por esos colores, generando desilusiones y
destruyendo recuerdos, como por ejemplo de una mítica noche en el Maracaná.
Leandro Fernández seguramente siga su carrera en el fútbol
de Chile, en un nombre al que desde el Rojo le dieron una vidriera, siendo un
nombre que en un pasado se lo esperó y acompañó cuando sufrió lesiones
ligamentarias. Por otra parte, se le supo abrir las puertas nuevamente después
de una conflictiva salida. Mientras algunos pagan con cariño y gratitud otros
lo hacen con ingratitud.
Fuente Infierno Rojo
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