Por Rodrigo Volpi
El hincha es pasional y no descubro nada al decir eso. Es el
que paga su cuota social mes a mes, el que compra sus entradas y el que viaja
infinidad de kilómetros sólo para ver a su equipo. ¿Recibe algo a cambio de
eso? Nada. Y está bien. Es una pasión. ¿Los jugadores les deben algo? Ser
profesionales. ¿Lealtad? Aunque duela, no.
Ignacio Piatti firmó ayer su contrato con San Lorenzo y fue
un golpe duro para muchos hinchas de Independiente. El jugador, si bien estuvo
sólo un año en el Rojo, había dejado un gran recuerdo en la retina de la gente.
Además, aunque su representante lo niegue, Piatti había declarado hace un año
desde Italia que le encantaría volver al club. Eso no ocurrió.
Independiente lo buscó durante tres meses. Después se podrá
discutir si existe o no un error de la dirigencia en esperar tanto tiempo para
presentar una oferta que otro club argentino podía superar. Lo cierto es que el
volante aseguró el lunes en TyC Sports que lo que menos le importaba era lo
económico. “Lo principal es lo deportivo”, sentenció. ¿Fue así? Para nada.
Cuando encontró la mejor oferta económica, no dudó un segundo. Decidió firmar
en un club que actualmente no juega copas, está mal en los promedios y su
entrenador ni siquiera lo había pedido.
No está mal. Es un trabajo y se elige al mejor postor. Al
menos, en este caso. El problema es dar una imágen que no es real. Eso hicieron
Piatti y Nazareno Marcollese. Es más sencillo decir las cosas como son sin
pelos en la lengua para ahorrar enojos ajenos. Los apodos son inevitables. Al
que le quepa el sayo, que se lo ponga. ¿Por qué no decir que lo que más
interesa es la codicia por el dinero? Dinero que a estas alturas les sobra para
mantener a hijos y nietos.
Pero no todos los jugadores de fútbol son iguales. Que no me
vendan ese buzón seco y escaso de argumentos para defender lo indefendible.
Todos juegan por plata, nadie duda de eso. Entre ellos, algunos le agregan sentimientos
y prioridades al dinero.
Juan Sebastián Verón volvió a Estudiantes. Gabriel Milito a
Independiente. Román Riquelme a Boca. Fernando Cavenaghi a River. Ninguno vino
a jugar gratis, pero resignaron mucho al volver. Está claro que Piatti ni
siquiera puede atarle los cordones a ninguno de estos cuatro jugadores. La
diferencia es abismal en todo sentido, pero el ejemplo es válido. En cuanto a
la actualidad, Jonathan Santana y Víctor Zapata tuvieron ofertas de Racing más
elevadas que las de Independiente, sin embargo firmaron con el Rojo.
Diferencias, ¿ no?
Fuente LxR

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.