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viernes, 17 de agosto de 2012

De sentimientos y billetes




Por Rodrigo Volpi

El hincha es pasional y no descubro nada al decir eso. Es el que paga su cuota social mes a mes, el que compra sus entradas y el que viaja infinidad de kilómetros sólo para ver a su equipo. ¿Recibe algo a cambio de eso? Nada. Y está bien. Es una pasión. ¿Los jugadores les deben algo? Ser profesionales. ¿Lealtad? Aunque duela, no.

Ignacio Piatti firmó ayer su contrato con San Lorenzo y fue un golpe duro para muchos hinchas de Independiente. El jugador, si bien estuvo sólo un año en el Rojo, había dejado un gran recuerdo en la retina de la gente. Además, aunque su representante lo niegue, Piatti había declarado hace un año desde Italia que le encantaría volver al club. Eso no ocurrió.

Independiente lo buscó durante tres meses. Después se podrá discutir si existe o no un error de la dirigencia en esperar tanto tiempo para presentar una oferta que otro club argentino podía superar. Lo cierto es que el volante aseguró el lunes en TyC Sports que lo que menos le importaba era lo económico. “Lo principal es lo deportivo”, sentenció. ¿Fue así? Para nada. Cuando encontró la mejor oferta económica, no dudó un segundo. Decidió firmar en un club que actualmente no juega copas, está mal en los promedios y su entrenador ni siquiera lo había pedido.

No está mal. Es un trabajo y se elige al mejor postor. Al menos, en este caso. El problema es dar una imágen que no es real. Eso hicieron Piatti y Nazareno Marcollese. Es más sencillo decir las cosas como son sin pelos en la lengua para ahorrar enojos ajenos. Los apodos son inevitables. Al que le quepa el sayo, que se lo ponga. ¿Por qué no decir que lo que más interesa es la codicia por el dinero? Dinero que a estas alturas les sobra para mantener a hijos y nietos.

Pero no todos los jugadores de fútbol son iguales. Que no me vendan ese buzón seco y escaso de argumentos para defender lo indefendible. Todos juegan por plata, nadie duda de eso. Entre ellos, algunos le agregan sentimientos y prioridades al dinero.

Juan Sebastián Verón volvió a Estudiantes. Gabriel Milito a Independiente. Román Riquelme a Boca. Fernando Cavenaghi a River. Ninguno vino a jugar gratis, pero resignaron mucho al volver. Está claro que Piatti ni siquiera puede atarle los cordones a ninguno de estos cuatro jugadores. La diferencia es abismal en todo sentido, pero el ejemplo es válido. En cuanto a la actualidad, Jonathan Santana y Víctor Zapata tuvieron ofertas de Racing más elevadas que las de Independiente, sin embargo firmaron con el Rojo.

Diferencias, ¿ no?



Fuente LxR

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