Ilustró rrrojo
La cosa no
es como me va a Mí.
O a Vos.
La cosa es
como les va a MUCHOS, de los que algunos tenemos como cercanos amigos o
familiares.
Y la
inseguridad les ha costado desde bienes materiales, posibles de reponer, hasta
la VIDA.
Propia vida
o de cercanos amados e imposibles de reparar y devolver al seno terrenal.
Se negó. Se
dijo que era SENSACIÓN.
Se perdió
tiempo, esfuerzo y dinero intentando tapar el sol con la mano.
Se
exigieron bonos, para entorpecer la concurrencia a nuestro estadio.
Se impidió
el ingreso de hinchas visitantes para evitar desmanes.
Y los
mismos ocurrieron y seguirán ocurriendo.
Mientras no
se entienda que el monstruo está adentro.
Finalmente,
ocurrió. Como la manzana que observó Newton y cayó en la vertical lógica de una
tierra que gira y al mismo tiempo se traslada alrededor del sol.
Preguntarse
si aterrizó en el mismo lugar es ahora estúpido.
Es un
ejercicio para amantes de la física y de las matemáticas.
Pero para Mí
y seguro que también para Vos es una situación límite.
Que te
enfrenta hasta con tus propios seres queridos.
Te cuento
esto porque casi seguro te ha pasado.
Tu familia
te pide que no vayas a la cancha.
Porque la “sensación”
de inseguridad que los boludos esgrimieron como defensa se cayó ante la
realidad que es la UNICA VERDAD. Y lo dijo el que lo dijo.
Aristóteles
y se lo afanó Perón.
Porque esa
realidad te muestra enfrentamientos entre hasta los que dicen querer la misma
camiseta.
Fumados,
drogados, usados y apoyados hasta por una INÚTIL que ostenta la máxima
autoridad Nacional y alaba a los “…Que desde las para avalanchas alientan de
espaldas a la cancha…” y un montón de dirigentes del Fútbol, entre los que se
destaca al “corcho” Julio Humberto Grondona, que festejó en un palco hasta un
Mundial con los asesinos en el poder de turno y no se le cayó el anillo de “TODO
PASA”, aún hoy asienten sonrientes y aplauden como marionetas.
Y Vos añorás
ir a la cancha, a alentar a tu Rojo.
Pero no
deseas al mismo tiempo, causar inquietud a tus familiares.
Que piensan
que vas a la guerra, cuando Vos vas a la Sur, bien arriba. Te gusta encontrarte
con tu Familia Roja antes, y encarás esos metros al costado de las vias que te brindan además el espectáculo
de los Diablos que se tiran del tren cuando aminora su velocidad frente al
Templo, para caminar menos.
Aunque
estén dispuestos a recorrer de rodillas kilómetros con tal que recuperemos
nuestra categoría.
La historia
no se borra.
La Gloria
no se pierde.
Pero
tampoco se puede lavar la afrenta de haber descendido.
Y cuesta
bancarla mirando los partidos por TV.
Sin poder
alentar a tu Rojo querido y querés estar con tus Diablos Hermanos haciendo
temblar la popu.
Sentís que tus
hijos te dicen:
¡ Papá por
favor no vayas !
Entonces te
entra la duda. Y para dejarlos tranquilos hasta sacrificás tu eterna lealtad
hacia tu equipo cuando más te necesita.
Y te sentís
como un boludo cuando te palpan los botones y te sacan hasta un encendedor
descartable porque es “peligroso” y para encender los puchos no te queda otra
que apelar a los fierros de todo calibre que impunemente pasan los seguidores de Bebote
y Loquillo que entran impunemente y con escolta de sus cómplices uniformados.
Mi eterno
repudio a quien dio origen a Hinchadas Argentinas Unidas, los llevó a un
Mundial y los usó y sigue usando para sus espurios intereses políticos.
Se
identifican como K.
Los usan
para movilizar infradotados a sus actos a cambio de un porro, choripan y vino.
Te pegan afiches hasta en el parabrisas de tu auto, y te pintan el frente de tu
casa con el color que ellos quieren. Para colmo con faltas de ortografía.
Ignorantes,
brutos y estupidizados por alcohol y drogas. Idiotas útiles.
Ya se caen.
Pero aún falta un rato largo.
Ojalá
volvamos a la coherencia.
Y a la
fiesta del Fútbol.
Aunque
costará exterminarlos, o erradicarlos, o como mierda se te ocurra decirlo a Vos
sin parecer FACHOS.
Y entender
que somos VÍCTIMAS.
Y los malos
son Ellos. Aunque siempre pretendan negarte la realidad.
La manzana
se cae. De podrida que está.
Pero aún
perdiendo cantidad de adeptos, son todavía muchos los cegados. Los necios ante
una realidad que les pega salvajemente en la jeta.
Y todavía
se niegan a verla.
Aunque
sientan por Independiente lo mismo que Vos.
Pero
DISTINTO.
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