Por Christian Ginko
Domingo nefasto, de terror, en el Libertadores de América –
Ricardo Enrique Bochini. Los hinchas fueron con mucha ilusión y expectativa,
esperando ver un triunfo que deje vivo a Independiente y le dé esperanzas de
cara a los últimos dos partidos. A cambio recibieron otra actuación pálida, sin
fútbol, y un empate agónico que solo sirvió como anestésico cuando
Independiente casi se lleva una derrota con un rival que no ganó nunca en lo
que va de la Copa de la Liga.
No es la primera mala actuación del equipo, tampoco la
primera vez que pierde puntos totalmente ganables. Por ello, la gente se cansó
y desató toda la bronca contenida. Promediando la segunda mitad, los hinchas
liberaron toda su furia y cantaron contra los jugadores, que no devolvían ni la
mitad de la confianza depositada desde las tribunas.
Pero los futbolistas no son los únicos que la ligaron. Una
vez que la hinchada del más grande dejó de descargarse con los protagonistas,
procedió a hacer lo propio con la dirigencia. Esto a raíz de los malos
resultados durante todo 2023, y lo que va de 2024.
Y finalmente, para hacerla completa, muchos hinchas
denunciaron amedrentamientos por parte de la facción de la barra brava que se
encuentra en la Santoro Baja. Algo que ocurrió en varias ocasiones durante años
anteriores, ante Atlético Tucumán se volvió a repetir.
Lo cierto es que, en el medio, siempre está el hincha, el
verdadero y tal vez único termómetro de la situación. El que bancó la colecta,
el que aporta mes a mes con la cuota, se cansó. Es hora de parar la pelota,
analizar fríamente el presente, y trabajar seriamente en el futuro.
Fuente Infierno Rojo
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