Por Guido Sacarelo
El hincha de Independiente le exigía a Leandro Stillitano un
cambio en lo mostrado por su equipo, algo que se logró en la primera media
hora, pero lejos de alcanzar terminó preocupando.
Cualquier distraído sabe que el arranque de Independiente en
el torneo fue cuanto menos malo, en un equipo que no solo no logra los
resultados, sino que además preocupa en su juego y la templanza para reponerse
a los momentos adversos. En la previa al partido ante Instituto una cosa se le
pedía a Leandro Stillitano era la de que su equipo pueda mostrar a que propone
jugar, pudiendo plasmarlo en la cancha, algo que se logró en un breve lapso.
Si bien esa era la gran preocupación del fanático, el
arranque del partido fue verdaderamente positivo para su equipo, en el cual no
solo vio premiado lo hecho con dos goles, sino que además indicó cuales eran
sus ideales. Hasta los 25 minutos de la primera etapa se vio un equipo que
salió agresivo, buscando llevarse puesta a la visita, siendo dinámico, vertical
y ante todo colectivo, con algunos desacoples defensivos, los que se agravaron.
Es que el equipo entró en una meseta, la cual quedó más acentuada ante el
descuento del rival.
Tras el primer sofocón se apagó el equipo, con un Stillitano
que en el arranque del complemento apostó por poner a Mulet, sacando a Kevin
López y haciendo que el recién ingresado haga dupla con Marcone, alguien que
presenta una pubalgia y terminó el partido exhausto. Otra de las variantes en
ese momento fue la entrada de Hidalgo, por un Barcia que había hecho un buen
partido, buscando conducir.
A todo esto, el Rojo ya no podía pasar la mitad de la
cancha, completamente preso de los nervios y obnubilado por la presión, no
encontrando nombres que puedan revelarse a la presión, habiendo resignado a dos
posibles jugadores que podrían haber dado la fuerza necesaria en ese momento.
También apostó por el ingreso de Pozzo por Vallejo y anteriormente el Chila
Márquez en lugar de Cauteruccio, quedando Gimenéz como el nueve de referencia.
Con esto el DT buscó generar mayor dinámica y velocidad, con creativos y un
Hidalgo que sea el segundo delantero.
Estas modificaciones no sacaron al equipo de ese bache en el
que se encontró desde el descuento de la visita hasta el final, aunque con
vergüenza pudo llegar el gol del triunfo en el final, con el palo diciendo que
no y un rebote final que tampoco ayudó. En lo que respecta al entrenador logró
que su equipo demuestre algo positivo, pero no fue suficiente por el escaso
tiempo en el que lo pudo ejecutar y lo que se padeció tras esto, con errores
infantiles en defensa.
El compromiso estará en generar un equipo que una vez que
golpee pueda hacerse fuerte con la pelota, no necesariamente atacando
constantemente, sino manejando los tiempos del partido, consiguiendo una
solidez mental y en caso de que las cosas se compliquen, en las variantes hacer
ingresar nombres que puedan asociarse. Hasta el momento las variantes tan solo
generan una aglomeración en ataque y ya, sin que nadie sea eje. Llevará tiempo
todo eso y la paciencia del hincha con un nombre de poca espalda se va
agotando.
Fuente Infierno Rojo
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