Independiente fue uno en el primer tiempo, y cambió radicalmente en el segundo. ¡Mirá!
El partido con Vélez en Liniers fue un partidazo. No solo
porque hubo seis goles, sino por el ida y vuelta entre ambos. Lo mejor, por
otro lado, fue la faceta que se vio de Independiente en el primer tiempo: El
gol de Juan Martín Lucero parecía que lo iba a achicar, pero lejos de eso,
reaccionó rápido y lo empató.
Si algo se le achacaba al equipo, era la falta de reacción
ante la adversidad, algo que no pasó contra el Fortín. Ni bien el Gato marcó el
primero, Fabricio Bustos envió un centro para que Silvio Romero lo iguale.
Luego, más tarde, el Rojo siguió yendo, y se fue 2-1 arriba al entretiempo, con
otro del Chino.
Sin embargo, el complemento fue distinto. Con la V
desesperada por conseguir el empate, el más grande se replegó un poco, y se
dedicó al contrataque. No fue una mala jugada, hasta fue sensata, y cuando
todavía podía contener al local, Ayrton Costa marcó el 3-1 a los 26 de la
segunda parte. El encuentro parecía liquidado, pero no fue así.
En conclusión, el Rojo mostró dos caras opuestas. En la
primera parte (y hasta el 3-1, tal vez), fue un equipo rebelde, superior, y
dominador. En el final, por otro lado, fue temeroso, hasta dio la sensación de
sentirse derrotado cuando estaba ganando. El mayor error de los de Avellaneda
fue no haber sido constantes, algo que pagó con dos puntos que eran de oro de
cara a lo que se viene.
Fuente Infierno Rojo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.