Pasan los días, los meses y los años, y la dirigencia de
Independiente no cambia. Cuando parece que por fin sentó cabeza, aparecen
nuevos problemas sin solucionar, y la respuesta brilla por su ausencia. Es una
constante, una de esas que agotan y desesperan, pero así se manejan quienes hoy
conducen los destinos del club.
Sin embargo, tal vez no sea del todo cierto que no hay
respuesta alguna. La táctica es la misma de siempre, desde los tiempos de
Mauricio Macri en la Casa Rosada: Siempre hay un enemigo. Antes se trataba de
una persecución política, hoy se trata de la oposición. Desde la cúpula
dirigencial echan culpas y no admiten errores.
Rebobinando al 2018, luego de la derrota 1-0 con Boca en diciembre, Pablo Moyano afirmó en TyC Sports:
«Es una clara persecución
política del Gobierno nacional. Lo hace a través del presidente de AFA, Claudio
Tapia, contra todo lo que tenga que ver con Pablo y Hugo Moyano. Los fallos
arbitrales contra Independiente vienen hace rato».
Claro que, hace pocos meses, Hugo Moyano revindicó al Chiqui
en AFA, por lo que Tapia al parecer no era el problema. Hoy, más de un año
después del cambio presidencial, ya no se trata de una persecución política
desde la Casa Rosada: Hoy es la oposición del Rojo. Sin ir más lejos, Hugo
Moyano arremetió contra la misma al finalizar la última asamblea: «Estos
imbéciles que putean y rajan a la mierda, porque si tuvieran agallas vendrían
aquí y lo plantearían, empezaron a aparecer ahora«.
Mientras las deudas contraídas por la Comisión Directiva
siguen golpeando a Independiente, los Moyano siguen intentando dividir a los
socios, generando confusión. «Divide y vencerás», dijo alguna vez Julio César,
algo que la dirigencia tiene bien claro. Desde el oficialismo, entonces, ya
empezaron a jugar su partido, con la misma estrategia de siempre. La pelota,
ahora, está del lado de los que realmente desean que la institución avance.
Fuente Infierno Rojo
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