El 27 de julio de 1970 es una fecha que quedará grabada siempre a fuego en el corazón de todo hincha de Independiente. Aquella tarde, se jugaba el Clásico de Avellaneda, pero no era un partido normal: El Rojo se jugaba la chance de salir campeón en el Cilindro. Enfrente estaba Racing, que haría todo por evitar lo que terminaría siendo una vergüenza para ellos.
El trámite empezó mal para el más grande, ya que a los ocho
minutos Jorge Benítez puso en ventaja al local. Luego de esto, la visita tuvo
que esperar hasta los 24 para poder empatarlo, algo que logró Roberto Tarabini
desde los doce pasos, pero seis minutos después Roberto Perfumo volvería a
poner en ventaja a la Academia. Aún así, Eduardo Maglioni se encargó de marcar
el 2-2 a los 34, y así terminó la primera parte.
En el complemento, el cotejo estuvo lejos de ser lo que
venía prometiendo, pero poco les importó a los hinchas del Rey de Copas allí
presentes, ya que terminarían festejando a lo grande de todas formas. A los 30
minutos de la segunda mitad, Héctor Yazalde Agarró la pelota y venció la
resistencia del arquero rival. El artillero desató la euforia de los simpatizantes
presentes, que ya saboreaban el título.
Así las cosas, el encuentro culminaría 3-2 a favor de
Independiente, que supo igualar el marcador dos veces para, al final, darlo
vuelta y llevarse el Metropolitano de 1970. El Rojo se consagraba campeón nada
más y nada menos que en el terreno de su máximo adversario, que no supo otra
cosa que hacer más que ver cómo su verdugo festejaba. Una vez más, la historia
la escribió el grande…
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